Morelia, Michoacán, 5 agosto 2024 — A casi 16 años del trágico ataque que marcó a Morelia y a todo México como el primer atentado terrorista en territorio nacional, el gobierno federal finalmente aprobó compensaciones económicas para las víctimas de los granadazos de 2008. Sin embargo, la aprobación parece ser solo simbólica, ya que los pagos siguen sin realizarse, dejando a las víctimas en un limbo de incertidumbre y frustración.
Retrasos en los Pagos y Falta de Recursos
El ataque, que ocurrió durante las celebraciones del Grito de Independencia el 15 de septiembre de 2008, resultó en la muerte de ocho personas y dejó más de 100 heridos. En octubre de 2023, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) autorizó un pago de 8 millones de pesos en compensaciones para seis de las víctimas directas e indirectas del ataque. Sin embargo, hasta la fecha, los pagos no se han realizado debido a la falta de presupuesto.
A pesar de las autorizaciones, la CEAV no ha podido avanzar con los depósitos debido a la espera interminable por parte de la Secretaría de Hacienda, que aún no ha liberado los recursos necesarios. Este retraso ha sido un golpe devastador para las víctimas y sus familias, quienes han estado esperando justicia durante más de una década.
Problemas Burocráticos y Judiciales
Reyna Velasco, abogada de las víctimas, expresó su frustración al ver que, después de tanto tiempo, el gobierno aún no ha cumplido con su promesa de indemnización. En febrero de 2024, Velasco presentó una demanda de amparo debido a la falta de acción del CEAV, que se vio obligado a preguntar a su propia Dirección General de Administración y Finanzas sobre la disponibilidad de los recursos. La respuesta fue clara: no había presupuesto suficiente.
Aunque las autoridades aseguran que están operando dentro de un “plazo razonable,” la realidad es que las víctimas continúan sin recibir el apoyo económico necesario para hacer frente a las secuelas de aquel fatídico día. La burocracia parece estar jugando un papel más importante que el bienestar de las personas afectadas, dejando a las familias en una posición desesperada.
Una Herida Abierta en la Historia de México
El atentado de 2008, donde se lanzaron granadas durante una celebración del Grito de Independencia, fue un evento sin precedentes que dejó una cicatriz profunda en la memoria colectiva de Morelia y de México. Durante el acto conmemorativo liderado por el entonces gobernador Leonel Godoy Rangel, dos granadas de fragmentación explotaron en medio de la multitud, sembrando el caos y el terror.
El retraso en los pagos es un recordatorio de la ineficacia del gobierno para cumplir con sus responsabilidades hacia los ciudadanos afectados. Las víctimas siguen esperando una solución real que parece cada vez más lejana, mientras el país observa con desilusión la falta de compromiso de sus líderes para cerrar un capítulo doloroso en su historia.
Futuro Incierto para las Víctimas
Con el futuro financiero de las víctimas aún en el aire, la situación destaca la desesperante lentitud y falta de empatía en el proceso gubernamental. Las familias de los afectados siguen esperando una respuesta clara y una acción concreta que alivie, aunque sea mínimamente, el dolor y las pérdidas sufridas.
En un sistema donde las promesas rara vez se convierten en realidades tangibles, la espera de justicia se prolonga sin un final a la vista. Este incumplimiento subraya un panorama pesimista y deja a las víctimas con la amarga sensación de que, a pesar de los anuncios oficiales, están solas en su lucha por un reconocimiento justo y necesario.
