Para Pulso Michoacáno, por el analista Lic. Israel García Zamudio.
El campo mexicano a través del tiempo ha adolecido de diversos factores que de manera
permanente han mermado su progreso y productividad a lo largo y ancho del país, situación
que limita enormemente la producción de los diversos productos agrícolas teniendo
consecuencias negativas para alcanzar estándares suficientes de autosuficiencia y consumo
interno del país.
Uno de esos factores los cuales el campo ha tenido como elementos carentes de
crecimiento y actualización en México es el poco apoyo a la tecnificación en el medio rural,
la falta de apoyo a la adquisición de infraestructura agrícola en gran parte de los dueños de
la tierra propicia rendimientos poco competitivos en nuestros campesinos mexicanos.
Algunos gobiernos han dado pinceladas en apoyos técnicos al campo, los cuales se quedan
en reiteradas ocasiones en apoyos simbólicos, ya sea para la foto electoral o para el
beneficio de unos cuantos qué apoyaron en su momento la campaña de tal o cual persona,
y se olvidan del resto del campesinado, sobre todo del pequeño y mediano productor, qué
son la gran mayoría del territorio mexicano y son a los cuales debemos de brindar los apoyos
tecnológicos necesarios a fin de que salgan del rezago en el cual están actualmente. De
acuerdo con la encuesta nacional agropecuaria el rendimiento promedio por hectárea en
México es de 2.8 toneladas contra 10.3 en Estados Unidos, situación generada por
diferentes razones, siendo una de las principales el rezago tecnológico en que se encuentra
nuestro campo nacional, trayendo como consecuencias un sin fin de aspectos negativos
para la economía local.
En infraestructura y tecnología de riego, en nuestro país solo el 2.3% de las unidades usan
microaspersión y un porcentaje similar el riego por goteo, aspecto esencial para la
obtención de cosechas grandes, así como la generación de un verdadero compromiso con
la adecuada utilización del medio ambiente y un compromiso real en el cuidado del agua,
situación que a grandes luces presenta un rezago notable en el país. Por otro lado en cuanto
a la mecanización agrícola, indicador clave del desarrollo capitalista, una cuarta parte de
nuestros productores emplea todavía tracción animal; solo cuatro de cada 100 por ciento
usan tractor y apenas en una cuarta parte de las unidades se usan cosechadoras, comparado
con los Estados Unidos en donde el 84 por ciento de las unidades agrícolas tienen al menos
un tractor.
Es por ello que resulta necesario y urgente la tecnificación del campo en nuestro país,
siendo imperativo qué los tres niveles de gobierno apliquen diversos apoyos urgentes a fin
de propiciar un mayor desarrollo técnico en la siembra lo que en el corto y mediano plazo
traerá mejores dividiendo a nuestros agricultores y en general a toda la sociedad en México.
