Morelia, Michoacán, 11 septiembre 2024.- Con la inminente llegada del Festival Internacional de Guitarra de Morelia XXXIV, que dará inicio el 18 de septiembre, no podemos evitar preguntarnos si este evento realmente será la luminosa joya cultural que se nos promete. Este festival, que se llevará a cabo en el Centro Cultural Clavijero, el Teatro Melchor Ocampo, el Conservatorio de las Rosas y el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita en Pátzcuaro, parece destinado a ser otro esfuerzo para alegrar una escena cultural que, en realidad, sigue enfrentando profundas dificultades.
La secretaria de Cultura de Michoacán, Tamara Sosa Alanís, se mostró entusiasta sobre el evento y el esfuerzo interinstitucional involucrado. Sin embargo, no podemos pasar por alto que estos esfuerzos, aunque admirables en papel, suelen quedarse cort en la práctica. A pesar de los recitales, presentaciones literarias y clases magistrales prometidas, la realidad es que el acceso y el impacto cultural real de estos eventos es, en muchos casos, limitado y no siempre responde a las necesidades de la comunidad.
Daniel Olmos Vega, coordinador artístico del festival, habló sobre la participación de músicos de Uruguay, Colombia y México, así como de conciertos en honor a Vivaldi y el cierre con la Orquesta Sinfónica de Michoacán. Mientras que estos detalles son, sin duda, atractivos, queda por ver si realmente ofrecerán una experiencia que justifique el entusiasmo oficial. La pregunta persistente es si estos eventos, por espectaculares que sean, son capaces de transformar de manera significativa la oferta cultural de la región.
El secretario de Difusión Cultural y Extensión Universitaria de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Miguel Ángel Villa Álvarez, mencionó la importancia del festival para la formación de jóvenes. No obstante, en un entorno donde las prioridades culturales a menudo se ven eclipsadas por problemas más urgentes, es cuestionable si el festival puede cumplir con su prometida misión educativa de manera efectiva.
También presentes en la rueda de prensa estaban otros dignatarios y representantes de instituciones educativas locales, cuya participación refleja el típico apoyo institucional. Sin embargo, esto también puede ser visto como una táctica para dar la impresión de un vibrante panorama cultural, mientras que, en la práctica, muchos siguen luchando por acceder a una cultura verdaderamente enriquecedora y accesible.
En resumen, aunque el Festival Internacional de Guitarra de Morelia XXXIV puede ofrecer algunas distracciones agradables y momentos musicales de alta calidad, el verdadero desafío sigue siendo cómo este tipo de eventos pueden contribuir a una mejora real y duradera en el panorama cultural de Michoacán.
