Morelia, Michoacán, 12 marzo 2025.- El Gobierno del Estado de Michoacán presume resultados en su lucha contra el crimen organizado, anunciando la incautación de 105 máquinas tragamonedas en cuatro municipios en los primeros dos meses del año. Sin embargo, detrás de esta cifra oficial, surge la pregunta: ¿se trata de una estrategia efectiva o de una simple medida mediática que deja intactos los verdaderos problemas de seguridad?
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), los decomisos se llevaron a cabo en Tacámbaro, Huandacareo, Apatzingán y Sahuayo como parte de un supuesto esfuerzo para combatir delitos relacionados con la extorsión. La dependencia señala que estas máquinas, comúnmente ubicadas en tiendas y pequeños negocios, representan una fuente de ingresos para grupos delictivos, quienes obtienen ganancias ilícitas a costa de menores de edad y ciudadanos de bajos recursos.
Los operativos, en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), lograron asegurar 69 unidades en enero y otras 36 en febrero, sumando un total de 2,362 máquinas decomisadas en los últimos años. Sin embargo, mientras la SSP se enfoca en estos dispositivos, la realidad en las calles sigue mostrando un panorama preocupante: ejecuciones diarias, extorsiones a comerciantes y el cobro de piso que sigue golpeando la economía de los michoacanos.
Si bien es cierto que estos “minicasinos” operan al margen de la ley, la falta de un verdadero golpe a las estructuras criminales pone en duda la efectividad de estas acciones. ¿Son realmente un golpe al crimen o solo una cortina de humo para desviar la atención de problemas más graves?
La ciudadanía sigue esperando operativos contundentes contra las redes de extorsión y secuestro que azotan al estado. Mientras tanto, la SSP invita a denunciar la presencia de estas máquinas al 911 o al 089, pero la pregunta sigue en el aire: ¿se está combatiendo el problema real o solo la superficie de un problema mucho más profundo?