Morelia, Mich. 21 abril 2025.– La violencia en México alcanza niveles escalofriantes. En su informe más reciente, el Departamento de Investigación de Statista reveló que Colima se convirtió en la ciudad más peligrosa del mundo en 2024, con una aterradora tasa de 140.32 homicidios por cada 100,000 habitantes. La cifra no solo supera a cualquier otra ciudad del planeta, sino que consolida a México como epicentro global de la violencia homicida.
Pero el terror no termina ahí. De las diez ciudades más mortales, siete están en territorio mexicano, lo que evidencia una crisis de seguridad sin precedentes. Le siguen Ciudad Obregón (117.83), Zamora (105.13), Manzanillo (102.58), Tijuana (91.76), Zacatecas (88.99) y Ciudad Juárez (77.43). Estas urbes han sido consumidas por la guerra entre cárteles, la expansión del narcotráfico y la total impunidad, factores que mantienen a millones de ciudadanos bajo el yugo del miedo.
Fuera de México, la situación no es menos dramática. Puerto Príncipe, Haití, ocupa el tercer lugar con 117.24 homicidios, alimentados por el colapso del Estado, el dominio de pandillas y una crisis humanitaria sin solución a la vista. Por su parte, Guayaquil, en Ecuador, se ha transformado en campo de batalla de mafias internacionales, alcanzando el octavo lugar con 88.82 homicidios por cada 100 mil habitantes.
La única ciudad fuera de América Latina en este sombrío ranking es Mandela Bay, Sudáfrica (78.33 homicidios), donde la pobreza extrema y la desigualdad siguen siendo caldo de cultivo para el crimen.
Este listado no incluye ciudades en guerra formal, lo que agrava aún más la realidad: la violencia urbana ligada al crimen organizado ha desbordado cualquier intento institucional de contención. Con América Latina liderando esta dolorosa clasificación, el mensaje es claro: la región enfrenta una emergencia estructural de seguridad, donde la vida humana se ha vuelto una estadística más.