“El Tianguis de la Ciencia, un semillero pa’ la chaviza y la esperanza del barrio: Yarabí Ávila”

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 06 de junio de 2025.- Entre la marabunta de chamacos curiosos, doñas entusiasmadas y hasta uno que otro despistado, la rectora de la Universidad Michoacana, Yarabí Ávila González, se aventó con todo pa’ inaugurar la 33 edición del Tianguis de la Ciencia, evento que más que feria parece fogón de ideas donde se cocinan los sueños de las nuevas generaciones.

Con la enjundia que da el compromiso, la mera mera de la UMSNH dejó claro que este cotorreo no es solo pa’ jugar con tubos de ensayo o ver robots bailar, sino pa’ reconstruir lo que el tiempo, la violencia y la indiferencia nos han ido desbaratando: el tejido social. “Aquí sembramos futuro, raza. Aquí les decimos a las niñas y niños que pueden llegar lejos, que la ciencia también se habla con acento michoacano”, soltó la rectora ante un chingo de asistentes que le aplaudieron con ganas.

En la onda de que la ciencia no debe ser cosa de élites, sino de banda, barrio y banda escolar, Yarabí subrayó que la Universidad Michoacana camina en bola, en colectivo, y que lo chido de este evento es que junta esfuerzos, manos, cerebros y corazones. “Aquí nadie camina solo”, remató.

Y es que este Tianguis no es cualquier cosa: más de 3,500 actividades, 548 talleres y un montón de espacios donde los morros pueden cachar la chispa del conocimiento y prenderle fuego a sus sueños. “Queremos que sepan que la universidad no es para los que tienen varo, sino para los que tienen hambre de saber”, soltó Ávila con tono de barrio bravo.

Pa’ reforzar la movida, el coordinador de Investigación Científica, Jaime Espino Valencia, dijo que un país que le apuesta a la ciencia es un país con futuro y con piso parejo. A su lado, Giulliana Bugarini, diputada local, se aventó un rollo inspirador: que la ciencia también es rebeldía, es curiosidad, es esa manita que te jala pa’ ver más allá de la esquina.

La directora del ICTI, Alejandra Ochoa, remató diciendo que esta feria no solo muestra lo que se hace dentro de la Universidad, sino que siembra vocaciones científicas en los morritos que hoy ven a un ingeniero como a un héroe. Y Horacio Cano, el mero jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia, le puso la cereza al pastel: “ni un museo en el país tiene tantas actividades chidas al mismo tiempo”.

Así que ya está dicho: el Tianguis de la Ciencia es el antídoto contra la apatía, la esperanza con bata de laboratorio y el mejor ejemplo de que cuando la raza se junta, hasta el futuro se ve menos gacho.