Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 11 de junio de 2025.- La cosa en el gabacho anda que arde. Y es que lo que arrancó como una bronca local en Los Ángeles, ya se convirtió en una revuelta nacional contra las políticas migratorias de Donald Trump, quien sigue echando fuego contra la comunidad migrante. Ya son al menos 24 ciudades de Estados Unidos las que se sumaron al desmadre, con protestas, marchas, arrestos y toques de queda que pintan el panorama de una nación al borde del estallido civil.
La banda anda bien encendida, sobre todo en California, Nueva York, Texas, Chicago y Georgia, donde miles se lanzaron a las calles pa’ decirle a Trump que no están dispuestos a dejar que las redadas y las deportaciones sigan pasándose de lanza.
El mero epicentro de la bronca sigue siendo Los Ángeles, donde las manifestaciones ya llevan seis días al hilo. La cosa está tan tensa que metieron Guardia Nacional, declararon toque de queda, y más de 330 personas han sido arrestadas hasta el momento. En San Francisco no se quedaron atrás: cerraron dos tribunales de inmigración luego de que los manifestantes los bloquearan y la policía se llevara a 240 más.
Pero la furia ya cruzó fronteras estatales. En Nueva York, miles se dieron cita en el Bajo Manhattan, frente a las oficinas del temido ICE, y aunque la marcha empezó en son de paz, terminó en bronca con gas pimienta, empujones y más detenciones. El alcalde Eric Adams dijo que no necesita meter a los militares, pero advirtió que no va a permitir que su ciudad “se convierta en otra L.A.”
En Chicago, la marcha también terminó calentita. Miles protestaron y algunos aventaron botellas a los tombos. Mientras que en Atlanta, la policía se soltó con químicos y macanazos, y aunque solo detuvieron a seis, la tensión subió como espuma.
Y como si no fuera suficiente, en Texas, el gobernador Greg Abbott, compita fiel de Trump, ya sacó a la Guardia Nacional a las calles, dizque “para mantener la paz y el orden”. Según los organizadores, esto podría ser solo el principio de una represión más gacha que ya se empieza a oler en varias ciudades.
La banda está ardida no solo por las redadas, sino porque Trump eligió celebrar su cumpleaños este sábado con un desfile militar, mientras las calles hierven de indignación. El sábado 14 de junio, miles saldrán a protestar otra vez, y los líderes del movimiento ya lo pintan como el levantamiento pro-migrante más grande desde que el magnate volvió al poder hace cinco meses.
“No nos van a callar, ni con gases ni con soldados. Aquí estamos y aquí nos quedamos”, gritó un manifestante frente a la corte federal de El Paso, Texas.
Así que ya está claro: la guerra migratoria de Trump se le salió de control, y la raza, esa que chambea, resiste y aguanta, ya se está organizando para que el gringo de la Casa Blanca sienta el peso del pueblo.