Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich., 11 de junio de 2025.- Aquí entre nos, la neta es que a los hombres les da más miedo un dedo que un diagnóstico, pero el cáncer de próstata no se anda con rodeos. Aprovechando el Día Mundial del Cáncer de Próstata, la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) echó un grito fuerte y claro: háganse la prueba, muchachos, porque esta enfermedad mata en silencio.
Y es que este tipo de cáncer es de los más comunes entre los varones, sobre todo después de los 45, pero tiene la maña de no dar señales hasta que ya se está poniendo bravo. Por eso, el llamado es directo: háganse cada año el estudio del Antígeno Prostático Específico (APE) y una revisión física. Y si en la familia ya se cargan antecedentes de este mal, entonces desde los 40 hay que ponerse truchas.
El peligro está en lo que tragamos y en lo que no hacemos
La cosa se pone peor si uno se pasa de tacos al pastor, de carnita asada, de leche bronca y se la vive sentado, sin ejercicio. Súmale el cigarro, el chupe y unos kilitos de más, y estás armando el coctel perfecto pa’ que te cargue el payaso oncológico.
Por eso la SSM insiste: más vale una revisada a tiempo que una batalla larga, cara y dolorosa. Y si no traes seguro ni seguro de gastos médicos, no te me espantes: el Instituto Oncológico del Estado atiende gratis a los paisanos sin seguridad social. Ahí te dan tratamiento completo: cirugía, radio, quimio y todo el paquete, según cómo esté el asunto y cuántos años cargues encima.
En 2024, ese mismo hospital vio salir a 50 pacientes que le pusieron cara al cáncer de próstata y le ganaron. Así que no es cuento: cuando se detecta a tiempo, hay chance de salir adelante.
Que no te gane el machismo
La neta, compa, no hay que ser. Hay que bajarle dos rayitas al machismo y al miedo, y subirse el valor. Ir al médico no te quita lo valiente, te da vida. Porque de nada sirve presumir de hombre si por no ir a consulta terminas velado antes de tiempo.
Así que ya estuvo suave: hazte el estudio, dile a tus carnales, a tus jefes, a tus tíos. El cáncer no pregunta, llega. Y lo único que lo frena es la detección temprana.
Como dijo una doñita afuera del centro de salud:
“Más vale una pena a tiempo, que una muerte callada.”
Y en eso, tiene toda la razón.