Paso Catrinas: bajopuente bien iluminado pa convivencia o ¿luz pa’ tapar las grietas?

Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich., 15 de junio de 2025.- La tirada era buena: un puente nuevecito, con luz a todo lo que da, cámaras de vigilancia y hasta espacios recreativos pa’ que la banda se la pase a gusto. Pero entre tanto reflector y discurso oficial, más de uno se pregunta si el Paso Catrinas es de veras un paso seguro… o solo otro capricho de concreto que nomás se ve bonito en fotos.

El gobierno del estado, por medio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), presume que esta estructura sobre la carretera Morelia-Quiroga —frente a Villas del Pedregal— es un ejemplo de cómo hacer las cosas bien: 154 luminarias repartidas entre carriles, banquetas, ciclovía y juegos, todo para que la raza ande tranquila de día y de noche, cuando el propio fraccionamiento es azotado diariamente por la inseguridad.

Pero la experiencia en Michoacán ha enseñado que no todo lo que brilla es infraestructura de calidad. Ahí están las obras que se caen al año, las rampas que se hunden al mes y las luminarias que no duran ni una semana prendidas (recordar Paso Morelos salida a Salamanca). Con ese historial, muchos ya no se tragan el cuento sin antes ver resultados a largo plazo.

El puente presume tener más de mil 400 toneladas de acero estructural y otras dos mil de concreto, y mide 420 metros de largo. Aseguran que está bien armado y que su bajopuente —con skatepark, parque canino y hasta un rocódromo— es seguro y vigilado por el C5i. Pero la pregunta que flota en el aire es otra: ¿quién va a responder si con el primer aguacero se empieza a agrietar?

Aunque la intención es buena —facilitar el paso, reducir riesgos, crear espacios de convivencia—, el pueblo no olvida otras obras “de relumbrón” que resultaron ser puro cascarón. Así que mientras el Paso Catrinas se llena de luz, hay quienes siguen caminando con cuidado… no vaya a ser que les vendan seguridad y entreguen otra falla estructural con presupuesto maquillado.