Aquí no se margina a nadie: la Nicolaita arma trinchera arcoíris y con puertas bien abiertas

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 18 de junio 2025..- En la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), ya no se juega al “sí, pero poquito” cuando se trata de inclusión. La administración de la rectora Yarabí Ávila dejó claro que aquí no hay espacio pa’l silencio forzado ni pa’ las identidades escondidas. En pleno corazón nicolaita se armó el Encuentro Universitario LGBTIAQ+ bajo el lema “Hacia el fortalecimiento de espacios seguros”, y fue más que evento: fue declaración de principios.

La coordinadora de Igualdad de Género, Inclusión y Cultura de Paz, Esperanza Torres Melgoza, fue quien dio la primera palabra y lo dijo sin rodeos: “En esta universidad, la inclusión no es puro discurso de folleto, es una política viva, activa y con agallas”. Aquí no se pide que nadie se calle ni se esconda. Al contrario, se celebra la diversidad como parte del ADN académico y humano de la Nicolaita.

El evento fue un desfile de voces que llamaron a dejar de ver la diversidad como “problema” y empezar a tratarla como lo que es: una realidad que merece respeto y espacio. “Las aulas, pasillos, y hasta los baños deben ser seguros para todes”, soltó la coordinadora, dejando claro que aquí se lucha por algo más que tolerancia: se exige dignidad.

En el acto estuvo también la directora del Consejo Estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, Noemí Hinojosa Castillejo, quien dijo que este Encuentro no fue un lujo ni una pose, sino una trinchera con bandera de esperanza y con los colores bien plantados.

Y pa’ que no digan que sólo hablan los de arriba, también participó el alumnado. Mateo García Quiñones, estudiante orgulloso, tiró una línea que arrancó aplausos: “Si esta universidad es humanista, entonces que se note. Y ser humanista es entender y respetar a todas, todos y todes”.

En resumen: la Nicolaita no se anda por las ramas. Entre discursos sin eufemismos, abrazos sin condiciones y puertas que no se cierran, la UMSNH está sembrando una cultura universitaria que no discrimina, no minimiza y mucho menos se queda callada. Aquí no hay marcha atrás: la inclusión ya es parte del mapa y de la lucha diaria.