¡Se hartaron del apagón! Vecinos compran su transformador y la tira se lleva al instalador

Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich. 23 de junio de 2025.- Desde Ciudad Juárez llega una historia que huele a coraje, calorón y justicia torcida. En la colonia Kilómetro 29 —donde el sol pega con 44 grados y la pobreza ni sombra tiene— los vecinos decidieron dejar de esperar milagros de la CFE y se rifaron con lo suyo: juntaron 42 mil pesos, cooperacha de 1,500 por familia, y compraron un transformador nuevo pa’ que ya no se les echaran a perder los frijoles ni los niños durmieran sudando la gota gorda.

Como era de esperarse, contrataron a un cristiano para que les hiciera el paro con la instalación. Pero apenas el compa estaba trepado en el poste, cuando ¡zas!, cae la tira. Lo bajaron en corto, lo esposaron y se lo llevaron como si hubiera asaltado un banco. ¿Su delito? Ayudar a que la raza tuviera luz. De paso, los polis también se llevaron el transformador viejo —ese que ya ni jalaba— como si les fuera a servir pa’ algo más que hacer bulto.

El pobre electricista fue aventado primero a la ergástula municipal y luego rematado con traslado a la Fiscalía General de la República. Los vecinos, indignados, no se quedaron callados. Denunciaron el atropello, exigieron la liberación inmediata del detenido y señalaron que todo estaba en regla: facturas, instalación segura y hasta revisión de la mismísima CFE, que mandó gente, checó y confirmó que no había ni delito ni falla.

Pero eso no evitó que el chivo expiatorio del pueblo pasara horas enjaulado y que el nuevo transformador, el de a de veras, quedara inservible por el susto.

Mientras la Fiscalía se hace bolas con su burocracia, el barrio sigue en penumbras, con comida echada a perder, calorón inhumano y la rabia encendida. Porque cuando el gobierno no cumple, y el pueblo se organiza, lo mínimo sería que no le cayera encima la bota del abuso.

Ahí tienen: en México, prender la luz puede salir más caro que robarse la presidencia.