Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich. 23 de junio de 2025.- Cuando el sábado pasado el Real Oviedo logró su histórico ascenso a La Liga tras 24 años comiéndose las penas en Segunda, la banda en México se prendió… pero no por alegría, sino por el cinismo descarado de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), que tuiteó felicitaciones como si aquí no hubieran matado el ascenso y descenso con su modelo de negocio amañado.
Y es que el Real Oviedo, propiedad del Grupo Pachuca, encabezado por Jesús Martínez, se convirtió en el nuevo equipo de Primera División en España. Las imágenes desde la Madre Patria eran puro sentimiento: lágrimas, cánticos, abrazos y una ciudad entera volcada en fiesta. Mientras tanto, acá en México, donde los equipos se mueren de asco en la Liga de Expansión, la FMF se atrevió a escribir:
“La Federación Mexicana de Futbol y la Liga BBVA MX felicitan a Grupo Pachuca y a la directiva del Club Real Oviedo por el histórico triunfo de este sábado, que los convierte en nuevo equipo de La Liga. ¡Enhorabuena!”
¿Enhorabuena? ¡No chinguen! ¿Entonces allá sí vale soñar y pelear por un lugar en la élite, pero acá no dejan ni intentarlo? La raza no se quedó callada. Twitter ardió con más de dos mil comentarios llamando a la FMF lo que muchos ya pensamos: hipócritas, cínicos, descarados y sinvergüenzas.
Un usuario tronó:
“¡Qué hipócritas! No cabe duda que son unos corruptos; por algo el futbol mexicano está sumido en la miseria”
Otro los tundió:
“Increíble lo sinvergüenzas que son al felicitar un ascenso que acá se aferraron a matar por su asquerosa comodidad”
Y uno más les puso el dedo en la llaga:
“Felicitando un logro que en México ya no existe. Qué burla para la afición que años lleva esperando que regresen los ascensos”
Y mientras la banda reventaba el tuit, al interior de la misma FMF se escuchó el mea culpa. Según una fuente interna, el famoso Judas de la Fede, les cayó el veinte… tarde:
Y sí, la neta es que la afición ya está harta. En vez de regresar la competencia, la FMF sigue vendiendo humo y repartiéndose el pastel entre los mismos de siempre. Allá en España, el ascenso del Oviedo fue una hazaña de lucha, de entrega, de pasión. Acá en México, los sueños están congelados por decreto, y la gente lo sabe.
Así que no se sorprendan, señores de la Fede, si cada que intentan montarse en una victoria ajena, la raza los pone en su lugar. Porque mientras ustedes matan la ilusión, otros la hacen realidad.