Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 23 de junio de 2025..- Así como lo oye, vecina, vecino: mientras el Récord Guinness todavía le da el título de la pirámide más antigua del mundo a la famosa escalonada de Djoser en Egipto —levantada allá por el 2630 a.C.—, desde Indonesia nos llega un rumor fuerte que trae temblando a los académicos de saco y corbata: la pirámide de Gunung Padang podría tener la friolera de ¡25 mil años de antigüedad!
La cosa no es chisme de mercado. El rollo viene documentado en un artículo de la revista Archaeological Prospection, donde el investigador Danny Hilman Natawidjaja, del Instituto Indonesio de Ciencias, se avienta la teoría bomba: una capa enterrada de la pirámide fue tallada en lava andesita con una precisión que haría sudar a más de un maestro albañil actual.
El núcleo, dicen, era una colina de lava que alguien —o algo— convirtió en una estructura arquitectónica usando técnicas que, según los libros de historia, no deberían haber existido hasta miles de años después. Y ahí es donde empieza el relajo: ¿estamos hablando de civilizaciones antiguas desconocidas o de pura imaginación desbordada?
La cosa se pone más misteriosa cuando los mismos investigadores afirman que esta ingeniería de lujo ya se daba durante el último periodo glaciar, o sea, cuando la humanidad apenas salía del hoyo y cazaba lo que se movía. Pero según los hallazgos, ya sabían levantar estructuras con estilo y cabeza.
De volada salieron los escépticos. Flint Dibble, de la Universidad de Cardiff, le bajó dos rayitas a la emoción diciendo que no hay pruebas de mano humana, y que el material “se acomoda solito bajando por la colina”. Según él, todo esto está muy verde pa’ tomárselo en serio.
Bill Farley, otro arqueólogo del sur de Connecticut, fue más diplomático, pero igual dijo que las muestras son viejas, sí, pero no hay ni carbón, ni huesitos, ni clavos, ni señales de que alguien anduviera por ahí picando piedra.
Pero Natawidjaja no se agüita. Al contrario, abrió las puertas de Gunung Padang pa’ que quien quiera ir a meter lupa, lo haga. “Vengan de donde sea, aquí los recibimos. Lo que hay, lo pueden revisar”, dijo con toda la confianza del mundo.
Y mientras el coeditor de la revista ya anunció que el artículo está siendo investigado (por si las dudas), el misterio crece como niebla espesa:
¿Estamos frente a los restos de una civilización que la historia olvidó? ¿O estamos siendo testigos de cómo una buena historia se va de boca sin pruebas?
Lo que es seguro es que algo raro hay enterrado en Gunung Padang. Y si resulta cierto… la historia del mundo tendrá que reescribirse desde cero y con pluma de piedra.