Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 30 de junio de 2025.- A Karla Sofía Gascón no le llegó la invitación al reventón de la Academia de Hollywood, mientras que sí se la mandaron a sus compañeras de nominación, incluida la mexicana Adriana Paz. La actriz trans española, que hizo historia con su papel en Emilia Pérez, fue ignorada en la lista de los 534 nuevos miembros, y eso ha levantado más cejas que una ceja de Frida Kahlo.
“A mí no me ha llegado nada oficialmente. Si deciden invitarme, lo aceptaré con todo el honor, el cariño y el amor de mi corazón”, soltó Gascón con elegancia, aunque detrás de sus palabras se siente el quemón. Y cómo no, si el reglamento de la Academia dice que los nominados al Óscar son considerados automáticamente para integrarse, sin tanto papeleo, pero en su caso ni las gracias le dieron.
¿Discriminación o cuentas pendientes?
La omisión no pasó desapercibida. Mientras Ariana Grande y otras luminarias sí entraron al club, la ausencia de Gascón —la primera actriz trans nominada a Mejor Actriz— se convirtió en tema de sobremesa para quienes ven la inclusión como algo más que un hashtag bonito.
Y sí, la carrera de Karla no ha sido miel sobre hojuelas. Desde que empezó la temporada de premios, las críticas le llovieron a Emilia Pérez, muchas de ellas, según la misma actriz, “por ser una mujer trans”. Y luego, como si no le lloviera ya, salieron a flote mensajes racistas de su pasado en redes sociales, lo que la puso en la mira y hasta hizo que Netflix le bajara el switch en la campaña rumbo al Óscar.
El hacha sigue enterrada
La actriz ha defendido su nombre a capa y espada:
“Jamás habrán escuchado de mi boca algo contra cualquier persona por su color de piel ni apoyo a movimientos que jodan los derechos de nadie”, declaró, al tiempo que reafirmó que seguirá echándole toda el alma a sus personajes.
A pesar del desaire, Gascón se mostró tranquila y abierta a una futura invitación, pero el silencio de la Academia pesa más que una estatuilla.
¿Qué sigue?
Aunque la inclusión sigue siendo un discurso bonito en las premiaciones gringas, casos como el de Karla Sofía demuestran que la industria todavía le saca la vuelta a ciertas incomodidades, ya sea por prejuicios, por polémicas o por las dos cosas juntas.
Mientras tanto, la actriz se mantiene en pie, firme en sus ideales, y a pesar de las heridas del camino, deja claro que su historia en el cine no se acaba aquí.
Porque en el barrio del séptimo arte, no basta con llegar: hay que aguantar vara.