Por M. Ángel Villa Juárez con información de Alfonso Compean.
Morelia, Mich. 18 de julio de 2025.- El horno sigue sin apagarse en el escándalo del crematorio “Plenitud”, pero esta vez el Fiscal General del Estado, César Jáuregui Moreno, dejó la corbata en la oficina y se fue a ensuciar los zapatos en el mero campo de batalla.
En cumplimiento al compromiso de la gobernadora Maru Campos —quien prometió que no se iba a barrer el polvo debajo del tapete—, el fiscal se apareció este viernes en Ciudad Juárez para supervisar con sus propios ojos los avances de la investigación que ha dejado a todo el norte con el estómago revuelto.
Hasta la fecha, ya se identificaron plenamente a 11 finados; de ésos, 9 ya fueron entregados a sus familias. Ocho terminaron como cenizas y uno fue inhumado, por si alguien quería la prueba completa del desastre.
Y la chamba no acaba: de 71 huellas digitales enviadas al INE, solo 6 dieron positivo en identidad. Mientras tanto, más de 110 cuerpos siguen en proceso de “hidratación” para ver si se les puede sacar la firma dactilar… como quien revive la pista de un crimen en medio del desierto.
El operativo ha sido en grande. Más de 1,650 personas han sido atendidas por la Fiscalía, y de ésas, 1,103 tienen la sospecha (o la certeza amarga) de que sus seres queridos pasaron por el crematorio de la ignominia. Otras 547 personas acudieron para preguntar por crematorios distintos, por si las dudas.
Y como si no fuera suficiente con el desmadre, ya cayeron siete denuncias contra funerarias que supuestamente jugaron con la pena ajena y le entraron al fraude. Porque en este país, hasta el luto lo cotizan.
Con el fiscal metiendo mano, ahora la esperanza es que esto no se quede en promesas y ruedas de prensa. Los deudos exigen justicia real, no solo discursos con tono solemne y caras largas.
En Ciudad Juárez, la flama de la indignación sigue más viva que nunca. Y en “Plenitud”, la muerte no descansa… pero al menos ya la están vigilando.