Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 22 de julio de 2025.- Desde el corazón de la Meseta Purépecha pa’ todo el país, la maestra Juana Bravo Lázaro, oriunda de la comunidad de Angahuan, puso en alto a Michoacán y se alzó con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2024, en la categoría de Artes y Tradiciones Populares.
¡Y cómo no! Si la señora es un chingonón en eso de mantener vivita y coleando la sabiduría de los pueblos originarios.
Este premio, el más rifado que otorga el gobierno federal en cuestiones de cultura, le cayó como anillo al dedo a doña Juana, quien desde hace décadas se ha fajado el rebozo enseñando, creando y compartiendo el arte como herramienta de resistencia, identidad y orgullo indígena.
La morra no solo conserva la tradición, sino que le mete galleta pa’ empoderar a las mujeres artesanas y a la raza joven de su comunidad.
Desde su trinchera en Angahuan, la maestra ha formado generaciones de artistas comunitarios, echando mano del bordado, la danza, la lengua purépecha y todo lo que huela a raíz. Es, como dicen los abuelos, una “guardiana del fuego viejo”, y esa lumbre ahora ilumina a todo México.
Con este reconocimiento, Juana Bravo entra al panteón de los grandes, sin moverse un centímetro de su raíz. No es de las que buscan reflectores, pero el país entero le aplaude de pie.
Y aquí entre nos, ya era hora que el gobierno se pusiera las pilas y volteara a ver a quien sí sostiene la cultura con las manos, no con discursos.
¡Enhorabuena, maestra Juana! Usted es muestra de que desde el pueblo, con tenacidad, sabiduría y corazón, se puede cambiar el mundo. ¡Y sin perder el alma en el intento!