Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 12 julio 2025.- En la Facultad de Biología de la Michoacana no se andan con teorías de salón nomás. Acá los profes y los morros ya están amarrando cuatro convenios chonchos pa’ cuidar el medio ambiente y, de paso, que los estudiantes se fogueen con la mera neta del campo.
El profe José Arnulfo Blanco, que es de los pesados en temas de ecología y coordina el Laboratorio de Restauración Ecológica, soltó la sopa: se vienen acuerdos con comunidades y dependencias para echarle ganas a la conservación de varias Áreas Naturales Protegidas (ANP).
Y no son cuentos. Van con todo en cuatro zonas:
- Laguna de Zacapu, donde ya hay jalón con el Ayuntamiento.
- Santiago Tingambato, que puso en la mesa 900 hectáreas de un bosque bien raro que casi ni existe ya en Michoacán.
- San Jerónimo Purenchécuaro, que trae bajo el brazo 2,300 hectáreas pa’ conservar.
- Y una más con el municipio de Tangancícuaro, donde también se mete FOTURMICH.
La tirada es que los estudiantes de Biología se metan de lleno a hacer Programas de Manejo, que son como el manual pa’ cuidar cada ecosistema. Nada de prácticas inventadas: aquí sí se ensucian las botas y se aprende de verdad.
“El conocimiento guardado en libros no sirve pa’ ni madres si no se aplica con la gente y en el territorio”, dijo el profe, y la neta tiene razón.
Además, todo este rollo le da chance a los estudiantes de agarrar callo pa’ lo que viene después: consultorías ambientales, trabajo en gobierno, empresas privadas… o donde se necesiten biólogos con calle y cabeza, no nomás con título.
Así que la banda de la Facultad de Biología está armando algo chido: ayuda a las comunidades, protege la naturaleza y prepara raza bien formada. Todo en una sola jugada.
Y eso, en estos tiempos, se agradece.