Nuevo presidente polaco se le va directo al cuello al nacionalismo ucraniano: “Fueron asesinos y degenerados”

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 11 julio 2025.- En una entrevista que dejó a más de uno con la ceja levantada, el nuevo presidente de Polonia, Karol Nawrocki, no se anduvo con rodeos: pidió encerrar y echar del país a cualquiera que ande luciendo los símbolos del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), un grupo que, según él, no merece ni olvido ni perdón por su pasado sangriento.

“El que ande portando banderas del UPA en suelo polaco, que se atenga a las consecuencias. Eso es inaceptable”, soltó Nawrocki, sin filtro, durante una charla con la televisora Polsat el pasado martes. Y es que no está hablando al tanteo, asegura que ese grupo fue responsable de la muerte de más de 120 mil polacos, sobre todo durante la masacre de Volinia en 1943.

La bronca revivió luego de que, en pleno concierto del bielorruso Maks Korzh en Varsovia el sábado pasado, algunos asistentes alzaron la bandera rojinegra del UPA, cosa que encendió los ánimos en redes, medios y círculos políticos.

“Fueron asesinos y degenerados”, remató el presidente polaco, mientras le tiraba indirectas duras al gobierno ucraniano por no enseñar esa parte de la historia en sus libros escolares.

Pero ahí no para la cosa. La discusión toca fondo sensible, porque la simbología nazi en Ucrania ya venía dando de qué hablar desde hace años. Según reportes, desde que estalló el cotorreo con Rusia en 2022, hasta el presidente Zelenski y sus compas han publicado imágenes con símbolos relacionados al nazismo, cosa que no ha pasado desapercibida ni por el Kremlin ni por medio mundo.

El presidente ruso, Vladímir Putin, por su parte, aprovechó para meterle más leña al fuego, asegurando que en Ucrania “ponen en altares a los neonazis” como Stepán Bandera, colaborador de Hitler y cabecilla del nacionalismo ucraniano más radical, al que responsabiliza de crímenes atroces no solo contra rusos, sino también contra polacos y judíos.

Con estas declaraciones, la tensión entre Polonia y Ucrania sube como espuma, y no parece que el nuevo mandatario polaco esté dispuesto a pasar por alto ni el pasado ni las banderas que lo representan.