Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich. 03 julio 2025.- Ahora sí que los gringos se le fueron a la yugular a España, nomás porque no quiere aflojar el varo que le pide la OTAN pa’ defensa. Resulta que el embajador de Estados Unidos ante la organización, Matthew Whitaker, ya aventó la pedrada directo: si los españoles no le entran con el 5% de su PIB pa’ gasto militar, va a haber consecuencias… y feas.
El aviso lo soltó bien recio en FOX, con voz de sheriff del oeste:
“Si España o cualquier otro aliado no quieren cumplir los compromisos, habrá graves consecuencias”.
¿La bronca? Que todos los países que andan en la OTAN firmaron en La Haya ese acuerdo de subirle al gasto de guerra, y España nomás no se quiere rayar con el 5%, porque dice que ya con el 2% va que vuela. Pero a los gringos eso les hace lo que el viento a Juárez.
Trump amenaza con cobrarles… ¡por otro lado!
Por si no fuera suficiente, el presidente de EE.UU., Donald Trump, también se metió al pleito y como es su costumbre, se le fue directo a la amenaza comercial. Dijo que si los españoles no pagan lo que deben en defensa, él les va a cobrar el doble por otro lado, con un acuerdo comercial a modo.
“Vamos a hacer que paguen el doble, y lo digo en serio”, soltó Trump, con ese tonito que ya se le conoce.
Aunque no soltó la palabra “aranceles”, todo mundo sabe que esa carta ya la ha jugado antes, como cuando se ensañó con el acero y el aluminio en su primer mandato.
Claro que hay un pequeño detalle: España no va sola en esto, porque como parte de la Unión Europea no pueden ponerle aranceles así como así, pues todo eso lo ve la Comisión Europea. Pero eso no detiene al güero: él jura que “tiene todas las cartas”, aunque no sepa jugar.
España le dice “nel” pero con diplomacia
Del lado español, el gobierno de Pedro Sánchez ya puso su cara de “ya bájenle” y dijo que sí, que le está entrando al tema, pero no con ese dineral. Hoy por hoy ya le mete el 2% de su PIB a la defensa, y según él, con eso basta para cumplirle a la OTAN sin quebrar la alcancía.
Además, en el mismo acuerdo de La Haya se metió una cláusula que permite cierta “flexibilidad” —o sea, que cada país puede ver cómo llega a los objetivos sin forzosamente desembolsar todo el billete. Pero al parecer eso no le gustó a Washington, que nomás ve el número y no los matices.
Al final, el embajador Whitaker nomás remató con un “ya veremos”, como quien no se la cree y aguarda nomás pa’ soltar el zape si no le cumplen.
Así que ahora sí que el desmadre está armado: los yanquis quieren que todos aflojen parejo, pero en Europa no todos están pa’ rifarse con la cartera abierta. Y mientras tanto, el mundo mira… esperando que esta película de guerra no termine con otro embargo, otra amenaza o, peor tantito, otra invasión.