Adán Augusto el fantasma de Morena ya publica, pero no da la cara

 

En la opinión de Manuel Maldía

El gran Adán Augusto López, coordinador de Morena en el Senado y exsecretario de Gobernación, ha decidido jugar a las escondidillas en medio del escándalo por su exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez, quien —según los malintencionados— tendría más nexos con el CJNG que con el código penal.

¿Dónde está Adán Augusto? La pregunta que atormenta a sus compañeros senadores, a la prensa y —quizá— hasta a sus propios guardaespaldas. El hombre que solía caminar con paso firme por los pasillos del Senado ahora se mueve como sombra, evitando micrófonos, cámaras y, sobre todo, preguntas incómodas.

El arte de desaparecer

Última aparición pública: 30 de junio. Desde entonces, ni sus más fieles colaboradores lo ven completo. Solo hay avistamientos fugaces, como de un Yeti priísta.
No le gustan los periodistas (¿o será que no le gustan las preguntas?). Según Leti Robles, huye de los reporteros como diablo de cruz, prefiriendo los “recovecos” del Senado para pasar desapercibido.

Sus compañeros de bancada andan extrañados: “No sabemos dónde está”, confiesan algunos morenistas, en lo que parece el inicio de un thriller político.

¿Reapareció… o nomás movió el dedo?

Pero ¡ah!, justo cuando creíamos que Adán se había mudado al plano astral, reapareció súbitamente… en redes sociales. Una publicación discreta, casi etérea, que más que aclarar, confirmó que sigue vivo.
Eso sí: nadie lo ha visto en persona. Ni en el Senado, ni en la calle, ni en algún pasillo oscuro de Palacio. Solo hay post. Sin cuerpo, sin voz, sin contexto. Como si alguien hubiera hackeado a su community manager.

¿Es él? ¿No es él? ¿Será inteligencia artificial? ¿Será un holograma? El misterio se mantiene. Porque una publicación sin contexto y sin presencia física, en estos tiempos, vale menos que una promesa de campaña.

¿Reaparición real en el Consejo Nacional de Morena?

El domingo 20 de julio (si es que no se “enferma” antes o no decide reaparecer por Zoom y con fondo falso), Adán Augusto podría salir de su escondite y reaparecer en el Consejo Nacional de Morena.
¿Será su regreso triunfal o su rendición ante la presión?

Porque, seamos claros: un político que se esconde demasiado o está tramando algo grande… o está tratando de que no lo encuentren. Y en este caso, las opciones no son halagüeñas.

La gran pregunta: ¿Qué sabe Adán Augusto?

Si su exsecretario de Seguridad Hernán Bermúdez está señalado por vínculos con La Barredora (brazo armado del CJNG), ¿hasta dónde llega la responsabilidad del propio Adán?
¿Fue solo un error de contratación? ¿O hay algo más que no quiere que se sepa?

El silencio de Adán Augusto es elocuente. En política, quien calla no siempre otorga… a veces solo está esperando que el escándalo se le pase.
Pero en este caso, el escándalo tiene patas… y parecen estar corriendo hacia él.

¿Volverá en carne y hueso o seguirá en modo “fantasma digital”?

Si reaparece el domingo, tendrá que dar explicaciones (o al menos fingir que no pasa nada). Si no lo hace, la sospecha crecerá como espuma.
Mientras tanto, el Senado sigue funcionando… aunque sin su coordinador. Algo que, irónicamente, quizá hasta lo haga más eficiente.

¿Será este el principio del fin de Adán Augusto López? O, como buen político, ¿saldrá ileso, como tantas veces antes?