Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich. 21 de junio de 2025.- Desde los sillones tapizados del Senado de la República, la senadora michoacana Araceli Saucedo Reyes se dejó ver muy echada pa’lante en reuniones de comisiones donde, entre dictamen y dictamen, juró estar transformando al país “con visión de futuro y perspectiva de género”.
En la sesión de las Comisiones Unidas de Gobernación, Economía y Estudios Legislativos, se aprobó la Ley Nacional para Eliminar Trámites Burocráticos, un intento de aligerar la maraña de papeleo que saca canas a quien intenta cualquier gestión. Muy bien en el papel, aunque en la realidad los escritorios del gobierno siguen atascados de sellos, copias y vueltas al cajero.
En otro frente, Saucedo aplaudió con fuerza una reforma al artículo 18 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional —sí, esa misma que pocos leen—, ahora para incluir a las mujeres que han cambiado el rumbo del país. El gesto suena bonito, pero muchos se preguntan si no será puro adorno simbólico mientras las mujeres reales siguen enfrentando violencia, pobreza y burocracia cada día.
“Hoy dimos pasos importantes hacia un México más justo, más eficiente y más igualitario”, dijo la senadora, sin aclarar cómo esos pasos se traducen en acciones tangibles para la banda que espera más que discursos.
Las iniciativas tienen tintes nobles, sin duda, pero el Senado se cuece a fuego lento y con protocolos que a veces se sienten más lejanos del pueblo que una oficina del SAT en viernes por la tarde. Mientras tanto, las y los ciudadanos siguen esperando reformas que no solo se escriban bonito, sino que también se sientan en la calle.
Así, entre simbolismos y decretos, Saucedo busca marcar su huella. Pero la pregunta que ronda en los pasillos del arrabal político es: ¿será esta transformación o solo otra vuelta en el carrusel legislativo?