Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich., 16 de junio de 2025.- Otra vez nos recetan el mismo cuento con diferente empaque. Ahora resulta que el Gobierno de Michoacán, de la mano con la Secretaría del Bienestar (Sedebi), promete llevar médicos hasta la sala de la casa de más de 600 mil adultos mayores y personas con discapacidad, gracias al nuevo programa federal “Salud Casa por Casa”.
En papel suena a obra maestra de la justicia social: atención médica gratuita, sin intermediarios, sin filas eternas, sin tortura burocrática. En la práctica, más de uno se pregunta: ¿de veras piensan cubrir los 113 municipios con suficientes doctores? ¿Y con qué recursos, con qué unidades móviles, con qué personal capacitado? ¿O nomás van a mandar a pasantes con un termómetro y una tabla para medir la presión?
Arranque virtual y promesas desde el Palacio
La funcionaria michoacana Andrea Serna Hernández, titular de la Sedebi, se conectó desde su oficina a un acto simbólico encabezado por la presidenta de la República y la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes. Ahí se anunció con bombo y platillo que se desplegarán 20 mil profesionales de la salud en todo el país, supuestamente para visitar a 14 millones de personas. A este paso, parece que van a tener que andar en cuetes o teletransportadores para cumplirle a tanta gente.
Según Serna, este programa “rompe con las barreras históricas de acceso a la salud”. Pero para muchos que viven en rancherías donde ni señal hay, eso suena más a discurso de salón que a solución real.
Acceso… con trámites y letra chiquita
El acceso al servicio está condicionado a estar inscrito en alguno de los dos programas de pensión del Bienestar. Se necesita presentar la CURP, identificación vigente, y tener suerte de que el visitador no se pierda en el camino o que al menos toque la puerta cuando alguien esté en casa.
Las personas interesadas pueden ir a la delegación del Bienestar en Morelia, como si todos tuvieran la facilidad de ir y venir a la capital. Y en ese mismo horario cómodo de burócrata: de lunes a viernes de 9 a 3. ¿Y los que viven a tres horas en terracería? Pues a ver cómo le hacen.
Buenas intenciones, malos antecedentes
No es la primera vez que se lanza un programa “revolucionario” que promete cambiar la historia del acceso a la salud en México. Ya antes se hablaba de unidades médicas móviles, brigadas comunitarias, telemedicina. ¿Y qué pasó? Muchos de esos planes quedaron en elefantes blancos, promesas que se apagaron al terminar el sexenio.
La gente no pide milagros, pide médicos. Pide medicamentos, pide un sistema de salud que funcione. Que no te den cita pa’ dentro de ocho meses ni te receten paracetamol para todo.
¿Y si sí funciona?
Ojalá que no sea puro verbo. Ojalá que los adultos mayores realmente reciban atención digna sin tener que formar filas bajo el sol ni andar limosneando cuidado médico. Pero mientras tanto, la banda en el barrio seguirá con el ceño fruncido, esperando ver si esta promesa camina… o nomás la pasean en PowerPoint.