Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 26 de mayo de 2025.- La madrugada de este domingo 25 de mayo, en pleno Apaseo el Alto, Guanajuato, la policía municipal agarró con las manos en la manguera a nada menos que 11 elementos de la Guardia Nacional mientras cuidaban un tractocamión que se estaba sirviendo gasolina directo de una toma clandestina. Así nomás, como si fueran los dueños del ducto.
Según el chisme oficial (porque los oficiales no supieron ni qué decir), al llegar la tira municipal al punto —cerquita del macrolibramiento Celaya-Palmillas—, encontraron al camión todavía enchufado a la toma ilegal, con la pipa tragando huachicol a todo pulmón. Y no estaban solos: había una camioneta, dos patrullas con el logo de la GN bien reluciente y un buen lote de oficiales que, al verse descubiertos, se pelaron… aunque 11 no alcanzaron ni a esconderse.
Los agarraron en frío: un teniente, dos subtenientes y ocho guardias que no pudieron dar una sola explicación creíble de qué hacían ahí, en plena madrugada, custodiando el robo descarado de combustible. Los polis locales no se tentaron el corazón y los aseguraron sin bronca ni balazos. Luego pasaron la bolita a la Fiscalía General de la República (FGR), que ahora tiene que investigar si esto fue una “aventura aislada” o si la Guardia Nacional ya anda bien embarrada en el negocio.
Lo más triste del cuento es que no sorprende. Guanajuato es ya una de las capitales del huachicol en México. Tan solo en 2024, Pemex detectó más de 850 tomas clandestinas. Y en lo que va del 2025, se han incautado 820 mil litros de combustible robado. ¿Lo peor? En menos de un mes ya van 150 mil litros asegurados. O sea, el robo va viento en popa, y no en bidón: en pipa.
Por si fuera poco, este mismo lunes, Omar García Harfuch —el secretario de Seguridad— anunció que en operativos recientes reventaron cuatro guaridas huachicoleras donde aseguraron armas, tanques, tráilers y más gasolina que una gasolinería legal. Todo en el corazón del triángulo infernal: Tuxpan, Tula, Salamanca.
Así que ya ni quién crea el cuento de la Guardia Nacional como salvadora del pueblo. Hoy la Guardia cuida pipas… pero no las tuyas, ni las mías. Cuida las de los que se roban el país por debajo de la tierra.