Morelia, Mich., 19 de julio 2023.- La situación en Michoacán sigue sumida en la desesperanza y el caos a causa del creciente avance del crimen organizado en la región. El alcalde de Ciudad Hidalgo, José Luis Téllez, ha dado a conocer la trágica realidad que azota al municipio, donde una célula criminal ha logrado apoderarse de la tenencia de Agostitlán, dejando a la población sumida en el miedo y la indefensión.
En un escenario desolador, los habitantes de la zona han intentado pedir ayuda a través de denuncias anónimas enviadas a líneas de atención y servicios de emergencia, pero sus súplicas parecen caer en oídos sordos. La emergencia es palpable y demanda la intervención inmediata de las autoridades estatales y federales.
El edil ha hecho un llamado desesperado para detener el avance de la delincuencia organizada en Ciudad Hidalgo y garantizar la seguridad de los ciudadanos. A pesar de sus peticiones de operativos de patrullaje, vigilancia e investigación en la tenencia de Agostitlán, la situación solo ha empeorado, y el temor se ha extendido como una sombra amenazante.
El pasado 8 de julio, un acto de violencia sin sentido sacudió la región cuando un grupo de civiles armados irrumpió en un salón de fiestas y segó la vida de una persona, cuyo intento de salvación en un hospital fue en vano. La violencia se ha vuelto rutina, y los ataques de esta magnitud se repiten sin cesar, sumiendo a los habitantes en un estado de angustia constante.
La violencia no es un fenómeno aislado en Michoacán, sino que se ha propagado como una peste por toda la zona oriente del estado. La ruptura entre dos lugartenientes del Cartel Jalisco Nueva Generación, Alan Martínez Durán, conocido como “El Primo”, y Edwin Rivera Padilla, alias “El Barbas”, ha desencadenado una verdadera ola de terror en los municipios de Angangueo, Hidalgo, Maravatío, Jungapeo, Tlalpujahua, Zitácuaro, Contepec, Tuxpan, Huetamo, Senguio y Ocampo.
La disputa entre estos dos líderes ha convertido estas comunidades en campos de batalla, donde los inocentes pagan el precio más alto con sus vidas. La población se encuentra en un estado de zozobra constante, temiendo cada día por su seguridad y la de sus seres queridos.
Lamentablemente, la situación parece estar fuera de control y la esperanza de una pronta solución se desvanece cada vez más. Michoacán sigue sumido en la sombra de la violencia y el crimen, sin visos de un futuro mejor a corto plazo.