Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 2 de junio de 2025.- ¡Y que se arma la fiesta en La Noria, compas! Cruz Azul se trepó al trono de la Concacaf Champions Cup 2025 después de soltarle tremenda zarandeada 5-0 a los Vancouver Whitecaps, en la final que se jugó en el Estadio Olímpico Universitario, allá en la mera capital del país.
Se esperaba un tiro parejito, pero la neta es que los canadienses nomás no vieron la bola. Los cementeros salieron encendidos y no soltaron el pie del acelerador hasta levantar la copa. Con este triunfo, la Máquina alcanza su séptimo título continental, igualando al odiado rival, el América, como los más laureados en la historia del torneo.
La chamba del técnico uruguayo Vicente Sánchez se notó de volada. Desde que agarró el timón tras la salida de Martín Anselmi al Porto, el equipo agarró ritmo y se la rifó durante todo el torneo.
Desde el mero minuto 8’, Ignacio Rivero le prendió fuego al partido con el primero. Luego al 28’, el argentino Lorenzo Faravelli le dijo “ahí va el segundo”, y al 37’, Ángel Sepúlveda se lució con el tercero, para desquitarse del coraje que traía la banda azul tras la eliminación en el torneo regular a manos del América.
Y antes de irse al descanso, el polaco Mateusz Bogusz metió el cuarto con un riflazo que dejó sin chance al portero rival. Ya en el segundo tiempo, Sepúlveda remató la faena con su doblete y el quinto para los azules. Una cátedra total de futbol, señores.
Con este trofeo, Cruz Azul no solo se consuela por la liga, también se gana su boleto al Mundial de Clubes 2029, donde va a representar a la Concacaf contra equipazos como el PSG y el Al-Ahli, que también ya tienen su lugar.
Y hablando del PSG, los parisinos se echaron un mensajito buena onda con los azules, recordando que ellos también ganaron su final 5-0 contra el Inter de Milán. “Esto es cine”, le puso el equipo francés en Twitter, echando relajo por la coincidencia.
Y pa’ cerrar con broche de oro, ¿quién creen que se dejó ver en el estadio? ¡Santiago Giménez, el Santi! El canterano azul, que ahora la rompe en Europa, se dejó caer al Olímpico para apoyar al equipo de sus amores. La afición lo cachó y le armó la porra: “Olé, olé, olé, Santi, Santi”. Se sintió el amor, raza.
Así que no hay duda: la Máquina está de vuelta, y pitando fuerte. La banda azul puede dormir tranquila, porque esta noche, Cruz Azul es campeón… y por goleada.