Decomisan diésel y lo presumen como heroína; las farsas de gobierno de Sheibaum

Por M. Ángel Villa Juárez

Morelia, Mich. 22 de mayo de 2025- Con la polvareda al tope y los reflectores bien acomodados pa’ la foto, el gobierno de Claudia Sheinbaum no pierde el tiempo en presumir “grandes logros” en su lucha contra el narco. Pero, como en barrio bravo, las apariencias engañan y las cifras muchas veces son puro choro mareador. Un reportaje de la periodista de hueso colorado, Anabel Hernández, nos pone al tanto de que uno de los decomisos más sonados de este sexenio no fue otra cosa más que puro teatro: dizque heroína… pero resultó ser diésel.

La neta es que esto deja muy mal parado al gabinete de seguridad de Sheinbaum. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, y el fiscal Alejandro Gertz Manero, están sacando pecho con operativos que no aguantan ni medio jalón de credibilidad. En una de esas, hasta se puede decir que lo único que desmantelan es la verdad.

El show de los decomisos: cifras alegres y verdades estiradas

En su famosa “mañanera” del 22 de abril, la presidenta Sheinbaum echó en cara a todos los medios que su gobierno ha decomisado 144 toneladas de droga, un millón de litros y 200 toneladas de químicos, además de clausurar casi 840 narcolaboratorios y agarrar a más de 18 mil pelafustanes de alto calibre. Pero lo que no contaron es que, al menos uno de esos decomisos, es más falso que moneda de tres pesos.

El caso del camión de la mentira

Todo comenzó el 9 de abril, en la carretera 49 por el rumbo de Gómez Palacio, Durango. Un trailero de Navolato, Sinaloa, llamado José Luis F., venía manejando su Torton blanco con morado, cargado con elotes. Al llegar al ejido 6 de Octubre, un retén con patrullas lo para con lujo de misterio.

Según el cuento oficial, una denuncia anónima lo delató como “El Niño” o “El Niñote”, presunto narcomenudista que pasaba cristal y armas como si fueran tortillas. Pero esa “denuncia” nunca dice ni quién la hizo ni cuándo llegó.

Los agentes de la Política Federal Ministerial, sin uniforme ni credencial visible, dicen que el trailero se puso rejego y no se paró. Pero testigos cuentan otra historia: José Luis sí se paró y cooperó desde el primer momento. Revisaron el camión, vieron los elotes y notaron que los tanques tenían combustible. Pero según la “experiencia” de los agentes, uno de los tanques olía raro, así que dijeron que era heroína líquida. Con eso lo atoraron.

Se lo llevaron a las oficinas de la FGR en Durango y, sin pruebas sólidas, le armaron una historia sacada de la manga. Le exigieron confesar que llevaba droga, pero el chofer se puso firme: “¡No hay droga, señores, son elotes y diésel pa’ que ruede el motor!”

El laboratorio revela la neta: era diésel

Resulta que los peritos de la FGR en Durango analizaron el líquido y encontraron que no era heroína ni de chiste. Era una mezcla de hidrocarburos, diésel pues. Y pa’ estar bien seguros, enviaron una segunda muestra a la FGR en Sinaloa, que confirmó lo mismo: ni pizca de estupefacientes.

Pero eso no evitó que Harfuch se aventara su tuit triunfalista: “En Durango se detuvo a un hombre con 250 litros de heroína líquida.” Hasta subieron fotos pa’ que se viera bien chulo el operativo.

La mentira cayó como bomba. El mismo día que se comprobó que el líquido era diésel, soltaron al chofer, sin disculpas ni desagravios. Y ni Gertz ni Harfuch han salido a decir esta boca es mía. La farsa sigue circulando en medios como si de verdad hubieran dado un trancazo al crimen.

Falsos positivos: cifras que apestan

Este caso pone en tela de juicio el resto de las cifras del gobierno de Sheinbaum. ¿Cuántos otros “decomisos históricos” serán también puro cuento? ¿Cuántas detenciones se basan en denuncias falsas, sembrado de pruebas o simple abuso de autoridad?

El fiscal Gertz Manero tiene un largo historial de tranzas y omisiones. Desde que lo pusieron al frente de la FGR en 2018, ha estado rodeado de escándalos, encubrimientos y favoritismos. Su compa de confianza, Felipe de Jesús Gallo, hasta se aventó la puntada de decir que México es campeón mundial en producción de fentanilo. Casi le dan medalla.

El otro protagonista: García Harfuch, el poli de la tele

Desde que Sheinbaum lo nombró zar de la seguridad, Harfuch anda en friega en los medios, vendiéndose como el salvador del país. Pero detrás de ese traje planchadito y su presencia en redes, hay una campaña de relaciones públicas aceitada por la empresa Metrics To Index, experta en inflar imágenes y crear realidades paralelas.

En vez de transparentar operativos, Harfuch y su equipo prefieren montar espectáculos mediáticos que poco tienen que ver con la verdad. Y el caso del diésel-disfrazado-de-heroína es el mejor ejemplo.

Una mentira peligrosa

Este engaño no sólo deja en ridículo al gobierno mexicano, también compromete la relación con los gringos. Trump, que no se anda con sutilezas, ya tiró indirectas diciendo que Sheinbaum “le tiene miedo a los narcos”. Y cuando los vecinos del norte se sienten engañados, las represalias no se hacen esperar.

El cuento del decomiso exitoso ya está desmentido. La pregunta es: ¿Cuántas otras mentiras estamos tragando como si fueran verdades? ¿Cuántos otros inocentes están encerrados por delitos inventados? ¿Cuántas cifras oficiales son solo espejitos para gringos?

Mientras los cárteles siguen manejando el país como su changarro personal, el gobierno se dedica a aplaudirse solo en operativos fantasmas. Y eso, en cualquier barrio bravo, se llama hacerle al guey.


Basado en el reportaje original de Anabel Hernández.