Morelia, Mich. 5 febrero 2024.- En un desalentador episodio que tuvo lugar en el Distribuidor Vial Morelos de Morelia, Michoacán, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) se ve obligada a abordar un problema de desprendimiento de material en la losa de uno de los túneles. Este incidente, ocurrido en el sentido de la avenida Morelos norte hacia el Estadio Morelos, revela la precariedad de la infraestructura.
El desprendimiento, que involucra concreto simple, resalta la falta de durabilidad y resistencia de la estructura, dejando al descubierto las deficiencias en el diseño y construcción. La SCOP, a través de la Dirección de Caminos y Carreteras, se vio en la necesidad de intervenir retirando el material desprendido, pero el hecho mismo plantea cuestionamientos sobre la calidad del trabajo realizado.
La dependencia, en un intento de tranquilizar a la ciudadanía, anuncia una revisión general de los recubrimientos. Sin embargo, esta medida no hace sino resaltar la vulnerabilidad de la infraestructura vial, que debería ser capaz de soportar las condiciones normales de tráfico sin sufrir desprendimientos.
Se subraya que el desprendimiento del material fue causado por las vibraciones generadas por el tránsito vehicular, lo cual pone de manifiesto la falta de consideración hacia la capacidad estructural de la obra. La revelación de que dicho material no tiene funcionamiento estructural plantea serias preguntas sobre la idoneidad de la construcción y la prioridad dada a la seguridad de los usuarios.
En un giro aún más desalentador, se informa que tras el incidente, un vehículo resultó dañado por el concreto desprendido, demostrando los riesgos reales que los usuarios enfrentan al transitar por esta infraestructura defectuosa. Aunque se reportan solo daños menores y la ausencia de lesiones en el conductor, el hecho mismo refleja la amenaza constante que representa el estado de la vialidad.
En este oscuro panorama, la empresa contratista, responsable de la construcción, se verá obligada a asumir los costos de los daños al vehículo. Este hecho sugiere que no solo la seguridad de los usuarios está en riesgo, sino también que la ejecución del proyecto podría haber estado plagada de negligencias que ahora se traducen en consecuencias financieras.