Morelia, Michoacán, 29 septiembre 2024 — En un esfuerzo por revitalizar la economía de la región Sierra-Costa de Michoacán, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ha anunciado un ambicioso proyecto denominado Club de Playa, destinado a atraer turismo al municipio de Aquila. Sin embargo, la realidad sugiere que este plan podría enfrentar más obstáculos que oportunidades.
A pesar de la promesa de inversión, el proyecto, que se desarrollará en un terreno de 13 hectáreas cerca de San Juan de Alima, aún se encuentra en una etapa preliminar. Aunque se menciona la colaboración con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y el Ayuntamiento de Aquila para realizar estudios arquitectónicos y de sostenibilidad, muchos se preguntan si estas acciones serán suficientes para garantizar el éxito del Club de Playa en un contexto económico y social ya complicado.
El gobernador ha expresado su confianza en que la costa michoacana puede atraer turistas de estados vecinos como Colima y Jalisco, pero estas afirmaciones suenan optimistas frente a una realidad donde la infraestructura turística de la región es limitada y las condiciones sociales son inciertas. La falta de servicios básicos y el deterioro de las comunidades aledañas plantean serias preguntas sobre cómo un proyecto de esta magnitud podría realmente beneficiar a la población local.
Bedolla ha adelantado que espera incluir el proyecto en el paquete de obras para el ejercicio fiscal 2025. Sin embargo, el proceso de evaluación del monto presupuestal por parte de las secretarías de Turismo y de Desarrollo Urbano y Movilidad no garantiza que los fondos necesarios estén disponibles o que se asignen de manera eficiente. La historia reciente del estado muestra que muchas promesas de inversión en infraestructura no se han materializado, dejando a la población con expectativas no cumplidas.
Además, aunque se menciona que el proyecto contará con la supervisión de especialistas del Centro INAH Michoacán para asegurar que no se alteren vestigios de patrimonio histórico-cultural, esto podría complicar aún más el desarrollo. La burocracia y las regulaciones ambientales podrían ralentizar la implementación del Club de Playa, lo que generaría descontento en una comunidad que ya ha esperado demasiado por un verdadero impulso económico.
