Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 4 de junio de 2025.- Pues el lunes cayó tremendo sablazo desde el gabacho: el periódico gringo The Wall Street Journal se aventó una nota que pone en la mira a Andrés Manuel López Beltrán, el hijo del expresidente AMLO, por su papel en la organización de las elecciones judiciales del 1 de junio en México.
La nota, firmada por los periodistas José de Córdoba y Santiago Pérez, se titula “Las elecciones judiciales de México ponen el foco en el hijo del expresidente” y básicamente dice que el Junior fue el que movió los hilos detrás de Morena para que la raza saliera a votar. El chiste es que casi nadie salió, y los gringos no se guardaron nada: calificaron la participación como “decepcionante”.
Según el WSJ, el plan de Morena era apretar en las colonias más humildes y en la banda que recibe programas sociales, porque en las zonas fresonas, la reforma judicial nomás no prendió. Pero el tiro les salió más o menos chueco: la raza no respondió y la votación estuvo bien flaca.
Lo que más ruido hace es que, según el artículo, fue el mismísimo AMLO quien le echó la responsabilidad al hijo pa’ que organizara todo el mitote electoral. Y eso levanta cejas, porque parece que ya lo están preparando como relevo generacional dentro del partido.
El WSJ describe a López Beltrán como un operador político discreto, sin el estilo gritón y broncudo del papá. Pero desde que tomó el cargo de secretario de Organización de Morena en octubre del 2024, su influencia ha ido creciendo. Entre sus chambas están:
- Armar las asambleas internas del partido
- Conectar con sindicatos y comunidades rurales
- Reclutar nuevos militantes
- Coordinar la operación electoral
También se menciona un spot de Morena donde el Junior sale en primer plano y su jefe al fondo, como quien dice, pasando la estafeta, con toda la intención simbólica.
Aunque reconocen que Morena se fajó en la organización, el WSJ no se la compra del todo: dicen que esta fue la primera gran prueba de fuego para López Beltrán como figura emergente, y la neta es que no logró prender el cerro.
Así que entre líneas, los gringos están diciendo: sí hay cambio generacional… pero sin gente en las urnas, no hay relevo que aguante.