En la opinión de José Pantoja
Dicen que el que madruga… ¿gobierna? En política, al menos, el que se mueve con tiempo ya lleva ventaja. Y ese parece ser el cálculo del Partido Verde Ecologista de México, que en Michoacán ya no quiere seguir jugando de escudero de nadie.
Sí, como lo oyen: el tucán dejó el nido y decidió volar por su cuenta.
Con la mira puesta en el 2027, el Verde soltó su carta fuerte al gobierno estatal: Ernesto Núñez Aguilar, actual diputado federal y viejo conocido del ajedrez político local. No es novato, ni improvisado. Ernesto ya ha navegado tormentas y tempestades, y si alguien conoce los pasillos del Congreso, los amarres y los silencios que pesan más que los discursos, es él.
La señal es clara: el Verde ya no quiere seguir de comodín. Dice que va solo, que no necesita ni de Morena ni del PT. Que ya bailó suficiente al son que le tocaban y ahora quiere poner su propio ritmo.
Y ojo, porque no es una jugada al aire. El partido del tucán ha venido creciendo en las sombras, avanzando casilla por casilla. Sin hacer tanto ruido, pero ganando terreno. Su estructura de jóvenes cuadros ya está madura. Les ha quitado banderas a unos, simpatizantes a otros, y operadores a varios. Y en los municipios, donde se cocina la verdadera fuerza política, el Verde ya se sienta a comer en la mesa grande. La muestra es Morelia.
La fracción parlamentaria del PVEM en el Congreso local con 6 diputadas y diputados es la segunda en importancia por el número de representantes, y por la trascendencia social de sus iniciativas de ley y posicionamientos.
¿Qué significa esto para la 4T en Michoacán? Pues que se les descompone la ecuación. Porque aunque el Verde parecía leal, nunca fue incondicional. Y ahora, con Núñez Aguilar como estandarte, el mensaje es más que evidente: “Nosotros también queremos la grande”.
Mientras en Morena siguen viendo quién se queda con qué pedazo, y el PT se aferra a lo poco que le queda de lo que alguna vez fue su bastión, el Verde ya está en campaña. No lo dicen, pero lo hacen. Se están organizando, sumando liderazgos, y sobre todo, metiéndole trabajo y colmillo al territorio.
Y claro, los otros partidos ya sintieron la patada bajo la mesa.
Lo cierto es que este alejamiento le pone sabor al caldo. Porque el 2027 ya no será una elección de dos fuerzas políticas, sino de tercios. Y en una de ésas, el Verde podría colarse como la opción que no viene ni del obradorismo desgastado, ni del PRIAN desprestigiado.
Así que más vale no subestimar al tucán. Porque mientras otros se dan hasta con la cubeta, siendo camaradas, este ya alzó vuelo.
Y a ver quién lo alcanza.