Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 26 de mayo de 2025.- Entre acusaciones, “acordeones” y un tufo a desinterés popular, la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, salió a soltar la bolita: si la gente no va a votar el próximo primero de junio, que nadie le eche la culpa al árbitro electoral.
Con tono firme y como quien quiere zafarse de broncas antes de que truene la bomba, Taddei aseguró que el Instituto está haciendo su chamba “con toda la capacidad técnica y operativa”, pese al ambiente enrarecido por campañas que —según dice— buscan boicotear el proceso.
“No se puede atribuir al INE una culpa que jamás va a aceptar ni admitir, y que tampoco tiene”, dijo doña Taddei, más rápida para defenderse que para agarrar a los tramposos con las manos en la urna.
Y es que con el famoso “operativo acordeón” rondando las boletas —esas listas prefabricadas para decirle a la banda por quién rayar la papeleta— la cosa no pinta limpia. Aunque ella aclara que esa maña está prohibida por ley y que ya andan viendo si amerita una investigación de oficio.
Sobre los partidos y sus marrullerías, Taddei les jaló las orejas: ni tienen vela en este entierro ni pueden andar moviendo votos o metiendo miedo. Eso sí, lamentó que algunos de esos mismos que hoy llaman a no votar llegaron al hueso gracias al voto del pueblo.
Con más de 600 millones de boletas impresas y 881 chambas judiciales en juego, esta elección es un experimento que podría salir digno… o digno de olvido. Según la jefa del INE, se han tocado más de 13 millones de puertas para armar casillas y, claro, tener ciudadanos listos para contar votos, no cuentos.
“Será un proceso histórico”, juró Taddei, aunque ya se oyen los grillos en algunas colonias donde la apatía pesa más que las promesas.
Al final, la consejera presidenta soltó la frase matona: “No hay culpas aquí, es responsabilidad de la ciudadanía”. Traducción: si la gente no va, el INE ya cumplió, ¿no?
Así que ya está el escenario listo, los actores nerviosos y la gente… pues quién sabe. Pero eso sí, Taddei ya dejó claro que el reflector no le apunta a ella si el teatro se queda vacío.