Morelia, Mich. 11 de agosto 2023.- En un evento trágico que tuvo lugar en el antro Black Royce, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ha revelado detalles sobre la muerte del empresario Íñigo Arenas Saiz, en el que se vieron involucrados alcohol, drogas y un elaborado plan de estafa. Este incidente, que ocurrió hace casi cinco días, ha llevado a la detención de varios empleados y arroja luz sobre los eventos que llevaron a la fatídica noche.
El 5 de agosto, Íñigo Arenas Saiz visitó un bar en la zona de Polanco en la Ciudad de México y dejó el lugar en las primeras horas del 6 de agosto. Horas más tarde, sus familiares reportaron su desaparición ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, lo que desencadenó una búsqueda oficial.
El 6 de agosto, la policía municipal de Naucalpan descubrió un cuerpo sin vida que resultó ser el del empresario. La FGJEM abrió una carpeta de investigación para analizar el caso y establecer las circunstancias de su muerte.
La investigación reveló que Arenas Saiz abordó un taxi en Polanco con dirección al antro Black Royce en Naucalpan. Allí, cuatro mujeres empleadas del lugar y dos hombres, el capitán de meseros y el jefe de seguridad, interactuaron con él. Estos individuos habrían manipulado las bebidas del empresario, suministrándole sustancias desconocidas. Las mujeres fueron identificadas como Aritzi Abril, Ana Karen, Cecilia y otra Ana Karen.
En torno a las 5 de la mañana, las empleadas persuadieron a Arenas Saiz para que se trasladara a un área VIP, donde le sirvieron varias botellas de bebida con un costo total de 40 mil pesos. La cajera ingresó esta suma a su tarjeta bancaria. Posteriormente, el empresario permaneció en el área VIP con las mujeres.
Cerca de 40 minutos después, una de las mujeres alertó al jefe de seguridad, Carlos Daniel, de que el empresario se encontraba mal y presentaba un tono morado en su piel. Ante esta situación, el personal del establecimiento intentó realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
El informe de la FGJEM determinó que la causa de la muerte de Íñigo Arenas Saiz fue “asfixia mecánica por sofocación inducida en su modalidad de oclusión de vías respiratorias por contenido gástrico con presencia de alcohol y de sustancias químicas de naturaleza controlada”. En esencia, el empresario habría ingerido una sustancia que le provocó vómito y asfixia, resultando en su fallecimiento.
La fiscalía también realizó un cateo en el Black Royce, donde se encontraron muestras de pastillas y sobres con contenido diverso, posiblemente clorhidrato de cocaína. Además, se incautaron recipientes para la aplicación de gotas, equipo de grabación y documentos relevantes.
En base a la evidencia recopilada, el agente del Ministerio Público solicitó órdenes de aprehensión para las personas involucradas en la estafa y la manipulación de las bebidas. Los sospechosos, incluyendo a las cuatro mujeres, el capitán de meseros y el jefe de seguridad, enfrentarán cargos y serán trasladados al penal de Barrientos en Tlalnepantla.
Además, las investigaciones continúan, incluyendo el rastreo del teléfono celular de la víctima, que proporcionó pistas sobre su movimiento antes de su muerte. El teléfono fue apagado en la alcaldía Miguel Hidalgo y luego encendido en Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México, antes de registrar su última actividad a las 11:37 horas.
Este trágico evento destaca la importancia de la investigación y la justicia para esclarecer los detalles en torno a la muerte de Íñigo Arenas Saiz, así como la necesidad de abordar la manipulación de sustancias en establecimientos públicos.
