CDMX, 1 de mayo de 2025.- Aunque poco se habla de la relación entre México y Etiopía, existe un vínculo histórico de solidaridad que se remonta a los años de la Segunda Guerra Mundial. En agradecimiento por el apoyo brindado por México durante ese conflicto, el emperador etíope Haile Selassie I visitó el país y, en 1954, inauguró la Glorieta de Etiopía en la Ciudad de México.
Este acto fue un gesto de reconocimiento a la empatía y fraternidad que el gobierno mexicano mostró hacia el pueblo etíope durante la invasión de Italia a su país. Años después, ambas naciones consagraron monumentos en señal de hermandad, fortaleciendo los lazos diplomáticos a través de símbolos compartidos.
La Glorieta Etiopía, ubicada en la intersección de avenida Cuauhtémoc y el Eje 4 Xola, se convirtió en un punto de referencia que ha perdurado en la memoria urbana. Aunque el trazo urbano cambió con la construcción de los ejes viales en los años 70, el nombre y la historia permanecen vivos a través de las estaciones del Metro y Metrobús que conservan el nombre “Etiopía”.
Hoy, tanto la estación de la Línea 3 del Metro como las de las Líneas 2 y 3 del Metrobús llevan el nombre de ese país africano como recordatorio de un acto de solidaridad internacional que trascendió fronteras y generaciones. ¿Te gustaría que profundice en la figura de Haile Selassie o en los vínculos diplomáticos México–Etiopía?