Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 11 de junio de 2025.- Desde la tierra del oro verde —y no hablamos del dinero, sino del aguacate— el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla se aventó unas declaraciones bien macizas: el nuevo Hospital General de Zona No. 86 del IMSS en Uruapan no nomás es un edificio bonito, sino que se ha convertido en pieza clave para empujar la formalización de la chamba agrícola, sobre todo en el sector que parte el lomo con la cosecha y exportación del fruto michoacano por excelencia.
Según el gober, este hospital no salió de la manga nomás porque sí. Fue parte de una movida más grande pa’ que los jornaleros agrícolas —que por años han chambeado sin prestaciones ni seguridad— puedan ser afiliados al Seguro Social y tengan dónde caer si se enferman o se accidentan.
¿Y qué tiene de especial el nuevo coloso?
Pues no es cualquier clínica, dice Bedolla. El hospital trae tecnología de punta, tiene 30 especialidades médicas, y cuenta con 159 doctores especialistas y 350 enfermeras listas para entrarle al quite. O sea, no es para curarte con té de manzanilla: aquí hay atención seria.
Además, el nuevo nosocomio evita que la raza tenga que hacer filas en hospitales de Zamora, Apatzingán o Morelia nomás pa’ una consulta especializada. “Se ahorran tiempo, dinero y estrés”, dijo el mandatario, mientras echaba flores al proyecto.
Un hospital con padrinos pesados
Bedolla no perdió la oportunidad pa’ agradecerle a los de arriba. Dijo que el hospital no hubiera sido posible sin el respaldo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y el compromiso de la actual presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quienes —según él— “le han metido galleta” al tema de salud y justicia laboral en Michoacán.
“Con esto damos pasos firmes hacia una nueva etapa para los trabajadores del campo”, soltó el gobernador, refiriéndose a la formalización laboral como un proceso necesario y pendiente desde hace décadas.
¿Y la chamba qué?
La neta es que en zonas como Uruapan, el campo mueve millones de pesos cada temporada, pero los que lo trabajan apenas ven un peso estable y sin seguro. Con este hospital, dicen las autoridades, se busca que más patrones se animen a registrar a sus trabajadores en el IMSS, y que los jornaleros empiecen a ver reflejado su esfuerzo en salud y prestaciones.
Falta ver si nomás fue para la foto o si la cosa va en serio. Porque de promesas está empedrado el camino de los trabajadores del campo.
Pero por lo pronto, el hospital ahí está, flamante, esperando pacientes… y esperando que la formalización no se quede en puro discurso.