Morelia, Mich. 26 abril 2024.- El lago de Pátzcuaro, joya natural de Michoacán, se encuentra en un estado crítico debido a la devastación provocada por la extracción ilegal de agua. En un intento desesperado por rescatar este ecosistema moribundo, el Gobierno de Michoacán ha lanzado una serie de medidas integrales, aunque los esfuerzos podrían resultar insuficientes ante la magnitud del desastre.
Las acciones emprendidas incluyen tareas de dragado y desazolve en los manantiales, especialmente en áreas críticas como la parte sur y suroeste del lago. Sin embargo, la retirada de la maleza, el lirio y el tule en los canales de navegación y áreas de muelles parece ser un mero paliativo frente a la amenaza inminente que enfrenta este ecosistema único.
La adquisición de maquinaria especializada, como los aquadozer y la cosechadora de maleza acuática, apenas rasca la superficie del problema, mientras que la participación de la Secretaría de Marina solo subraya la gravedad de la situación. La evaluación de las condiciones del lago por parte de la Semar refleja un panorama sombrío, donde la contaminación y el deterioro ambiental han alcanzado niveles alarmantes.
La dependencia del lago de las escasas fuentes de agua subterránea y la captación pluvial, ya mermadas por la sequía, evidencia la fragilidad de un ecosistema que se encuentra al borde del colapso. Con una cuenca cerrada y sin flujo de entrada o salida de agua, el destino del lago de Pátzcuaro pende de un hilo, con un futuro incierto que se vislumbra más oscuro que nunca.
En resumen, las acciones emprendidas, aunque loables en su intención, parecen ser un parche ineficaz para una herida profunda y fatalmente infectada. El lago de Pátzcuaro, símbolo de la riqueza natural y cultural de Michoacán, se encuentra al borde del abismo, y su rescate parece cada vez más una utopía inalcanzable.
