La Elección Judicial hizo agua: sólo 13 de cada cien electores fue a votar

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 30 de mayo de 2025.-
Pues salió peor que baile sin música: la esperada elección judicial que tanto presumió el gobierno nomás no jaló, y los números no mienten. El Instituto Nacional Electoral (INE), con todo y sus cerebritos estadísticos, soltó la bomba: entre 12.57% y 13.32% fue la participación ciudadana. Una miseria, si se compara con el 20% mínimo que se andaban saboreando en Palacio Nacional.

Guadalupe Taddei Zavala, la mera mera del INE, salió a dar la cara en cadena nacional a las once de la noche del domingo y dijo que ese cálculo salió de una muestra al azar y que está bien chulo su método, que no falla. Pero la verdad, ni con toda la finura del análisis se salva el dato: nadie peló la elección.

Y es que esta votación era el experimento estrella que dejó amarrado el expresidente López Obrador con su reforma judicial, y que la 4T quería usar como trampolín para lucirse. Pero la gente dijo “yo paso” y se quedó en casa. El músculo electoral de Morena se quedó en puro hueso.

La mera Guadalupe ya había olido lo que venía desde el 26 de mayo, cuando advirtió que si bien le iba, la participación llegaría al 20%. Pero ni rezando. Y ahora, los que se sienten ganadores en la elección tendrán que cargar con el peso de haber sido elegidos por menos de uno de cada diez mexicanos.

En los días previos, el oficialismo se desvivió pidiendo que la gente fuera a votar, pero del otro lado, los críticos de la reforma llamaban al boicot con toda la enjundia. Al final, el silencio de las urnas habló más fuerte.

Y lo peor: el número de votos importa más que los nombres de los ganadores. Porque con tan poca gente votando, ¿qué legitimidad puede tener alguien que fue elegido con los votos de su familia, su colonia y uno que otro despistado?

Así que mientras el INE se prepara para ir soltando los resultados con cuentagotas en los próximos días, el gran tema ya no es quién ganó, sino quién se apareció a votar. Y ahí, la respuesta fue clara: casi nadie.