La ONU jala orejas a México por el crematorio del horror en Ciudad Juárez con 383 cadáveres

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 06 julio 2025. — La noticia del hallazgo de 383 cuerpos en el crematorio “Plenitud” de Ciudad Juárez ha cimbrado al país, y ahora la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ONU-DH) ya le puso el foco y presión al gobierno mexicano: quieren una investigación seria, decente y a la altura del horror vivido.

Desde el norte fronterizo hasta los escritorios internacionales, el caso ya no puede esconderse bajo ninguna alfombra, y la ONU-DH lo dijo sin pelos en la lengua: esto debe tratarse con los estándares del informe A/HRC/56/56 sobre ejecuciones extrajudiciales. O sea, que si hubo crimen, que se investigue como tal; que si hay responsables, que caigan; y que los cuerpos y sus familias tengan justicia y dignidad.

Más de 600 personas ya han acudido a preguntar si entre esos cuerpos están sus seres queridos. El horror no termina en la incineración: al menos seis funerarias están embarradas en este cochinero, y ni una sola ha rendido cuentas todavía.

Según la ONU-DH, las autoridades mexicanas tienen la obligación de investigar conforme al Protocolo de Minnesota, que no es cualquier papel burocrático, sino la guía para hacer autopsias, identificar restos y garantizar que los crímenes no se pierdan en trámites o impunidad.
También dejaron claro que los restos deben ser tratados con códigos únicos, fotos, registros y cuidado quirúrgico, nada de andarlos dejando en bolsas rotas o apilados como bultos. Cada cuerpo representa una historia, una vida, una familia, y no se vale que los hayan convertido en mercancía de muerte.

La ONU también recordó que las familias tienen derecho a la verdad y al duelo digno, es decir, a saber qué pasó, a que les entreguen a sus muertos y a enterrarlos según sus creencias, sin tener que hacer filas de horas ni rebuscar entre informes a medias.

Y ojo, no solo hablaron del caso Chihuahua, sino que pusieron lupa al trato que se da a los muertos en general en México. Advirtieron contra incineraciones masivas sin registro, errores en la entrega de cuerpos o entierros sin protocolo. Advirtieron también que mutilar, profanar o exhibir cadáveres, incluso en redes sociales, es trato cruel, inhumano e incluso delito internacional.

El escándalo ya brincó fronteras, y la presión ahora viene con nombre y apellido: si el gobierno mexicano no se aplica con una investigación seria, rápida y respetuosa, lo que ya es tragedia puede escalar a vergüenza internacional y posible responsabilidad penal.

Por lo pronto, solo un cuerpo ha sido identificado y entregado, el de una persona hallada dentro de una carroza funeraria, todavía con la ropa del velorio, mientras la familia mostraba las “cenizas” que le habían dado… de quién sabe quién.

Lo demás, sigue en el limbo.
¿Dónde quedó la ética? ¿Dónde quedó el respeto? ¿Dónde están los responsables?
La ONU ya dijo lo suyo. Ahora le toca a México demostrar si todavía le queda un poquito de dignidad para sus muertos.