Morelia, Mich. 2 noviembre 2024.- La situación de los periodistas en México se ha convertido en un tema de preocupación internacional. Con más de tres mil agresiones documentadas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y un alarmante 90% de impunidad en crímenes relacionados con la libertad de expresión, la violencia contra la prensa ha alcanzado niveles críticos. En este contexto, el inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo se ha visto marcado por los asesinatos recientes de dos comunicadores, justo antes del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas.
Un Escenario Trágico: Asesinatos y Agresiones
Cifras Alarmantes
Desde el año 2000, organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) y Artículo 19 han documentado un número escalofriante de homicidios de periodistas. RSF registra 156 asesinatos, mientras que Artículo 19 contabiliza 168. Ambas coinciden en que, durante la administración de López Obrador, ocurrieron entre 37 y 47 homicidios de periodistas. Sin embargo, la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) tiene un enfoque más limitado, considerando que de 104 homicidios investigados desde su creación en 2010, solo 38 están directamente relacionados con la actividad periodística.
La Impunidad en el Sistema Judicial
El informe más reciente de la FEADLE, publicado en septiembre de 2024, revela que entre 2012 y 2024, se han logrado solo 41 sentencias condenatorias por delitos contra la libertad de expresión, de las cuales únicamente ocho corresponden a homicidios. Las cifras destacan la impunidad predominante: un 90% de los casos no recibe justicia, reflejando una crisis de confianza en el sistema judicial.
Estados Más Peligrosos para la Prensa
Veracruz, Chihuahua, Guerrero y Tamaulipas emergen como los estados más peligrosos para los periodistas, con cifras de homicidios que varían entre 13 y 16. Además, entre 2010 y septiembre de 2024, se han registrado 1,762 indagatorias por delitos contra periodistas, siendo las amenazas el delito más denunciado.
Testimonios y Opiniones de Expertos
Artur Romeu de RSF
Artur Romeu, director de la oficina de RSF en América Latina, describe la situación en México como “catastrófica”. En su visita al país, mencionó que el crimen de Mauricio Cruz Solís, ocurrido justo antes de su llegada, simboliza la continua violencia y la falta de acción efectiva por parte del gobierno. “Es un problema estructural que se ha perpetuado por más de una década”, destaca Romeu.
Leopoldo Maldonado de Artículo 19
Leopoldo Maldonado Gutiérrez, director de Artículo 19 en México y Centroamérica, señala que “la impunidad es el principal aliciente de la violencia”. La falta de consecuencias para los perpetradores se convierte en un mensaje de impunidad que perpetúa el ciclo de agresiones. Además, destaca que muchas de las agresiones provienen de funcionarios públicos, lo que complica aún más el acceso a la justicia.
Complicidad y Encubrimiento
La colusión entre autoridades y criminales ha sido una constante que permite que la violencia contra la prensa persista. Los casos de asesinatos y agresiones no solo se relacionan con el crimen organizado, sino también con una complicidad que a menudo involucra a las mismas autoridades responsables de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La Promesa de Cambio en el Gobierno de Sheinbaum
Con la llegada de Claudia Sheinbaum, se espera un cambio en la narrativa hacia la prensa. Aunque ha habido una reducción en las descalificaciones a periodistas desde la presidencia, el reciente asesinato de Cruz Solís ha generado inquietud. Maldonado critica la falta de un mensaje claro de empatía o acción por parte del nuevo gobierno.
El Caso Lydia Cacho
Uno de los casos más emblemáticos es el de Lydia Cacho, quien ha luchado durante más de 20 años por justicia tras ser víctima de tortura y represalias por su trabajo periodístico. A pesar de los avances recientes en su caso, la lentitud de la justicia en otros casos sigue siendo alarmante.
Obstáculos en la Investigación
Los investigadores enfrentan numerosos obstáculos, incluidos el encubrimiento y la falta de recursos. Casos como el de Moisés Sánchez Cerezo, cuyo asesinato quedó sin respuesta, ilustran la desoladora realidad de muchas familias que buscan justicia.
Conclusión
A medida que México se acerca a una nueva administración, la esperanza de una mejora en la protección de los periodistas y en la resolución de crímenes relacionados con la libertad de expresión es palpable. Sin embargo, la historia reciente sugiere que el cambio requerirá más que promesas: necesitará acciones concretas y un compromiso genuino para romper el ciclo de impunidad. La violencia contra la prensa no solo atenta contra los derechos individuales de los periodistas, sino que también socava la base de la democracia y la libertad de expresión en el país. La lucha por un entorno más seguro para el periodismo en México continúa siendo un desafío monumental.
