Las 10 bandas más poderosas del huachicol en México: crimen organizado, violencia y pérdidas millonarias

Morelia, Mich. 22 mayo 2025. – El robo de combustible, conocido como huachicol, se ha consolidado como una de las actividades criminales más lucrativas en México, con pérdidas anuales multimillonarias tanto para el sector público como para el privado. Este delito, que representa la segunda fuente de ingresos para las organizaciones criminales del país, ha impulsado la expansión de al menos diez bandas especializadas, algunas de ellas vinculadas a cárteles de alto perfil como el CJNG, el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo, así como grupos regionales independientes.

Durante 2024, Petróleos Mexicanos (PEMEX) reportó más de 20 mil millones de pesos en pérdidas derivadas de tomas clandestinas en su red de ductos. A esto se suma el fenómeno emergente del huachicol fiscal, que consiste en la importación ilegal de combustibles sin el pago de impuestos, causando un daño estimado al erario por 177 mil millones de pesos ese mismo año.

Este mercado ilegal ha generado focos de violencia en varias entidades. Casos como Guanajuato, con altos niveles de homicidios dolosos desde 2018, y Tabasco, con un repunte significativo en la violencia en 2024, evidencian el impacto territorial de las disputas por el control del huachicol.

A continuación, se presenta un análisis de las diez bandas más relevantes que dominan este mercado ilegal en México:

  1. Células del CJNG

    • Familia Cazarín Molina: Controla zonas estratégicas de Veracruz, incluyendo Alvarado, Papantla, Xalapa y el puerto de Veracruz, además de tener influencia en Tlajomulco de Zúñiga y regiones del sur de Jalisco.

    • Familia Guerrero Covarrubias: Opera en la región limítrofe entre Jalisco y Michoacán, abarcando también el sur de Guanajuato.

  2. Célula del Cártel de Sinaloa – Gente Nueva-El Tigre
    Esta facción controla una franja clave en Chihuahua, que incluye Ciudad Juárez, la capital del estado y el municipio de Jiménez, en constante disputa con La Línea, brazo armado del Cártel de Juárez.

  3. Célula del Cártel del Golfo – Los Metros
    Especializada en ordeña de ductos, robo de pipas y huachicol fiscal. Esta facción mantiene una red de contrabando transfronterizo hacia Texas, con operadores señalados por autoridades estadounidenses.

  4. Cártel Santa Rosa de Lima
    A pesar del avance de otros grupos, mantiene el control de ductos en Guanajuato, desde León hasta Salamanca, extendiéndose a municipios de Querétaro. Ha sido un actor clave en la violencia de la región.

  5. Sangre Nueva Zeta
    Con presencia en Veracruz, Puebla y Tlaxcala, esta banda, considerada heredera de los Zetas, controla rutas críticas del centro del país. Tiene fuerte arraigo en zonas montañosas y corredores industriales.

  6. La Barredora
    Originada en Tabasco con respaldo inicial del CJNG, rompió con esta organización para operar de manera autónoma. Su control se extiende por Villahermosa, Cárdenas, Comalcalco y otros municipios estratégicos.

  7. Pura Gente Nueva
    Activa en Campeche, esta organización se enfoca en el robo de pipas e instalaciones de PEMEX. Su presencia es notable en municipios como Carmen, Champotón y Escárcega.

  8. Los Hades
    Grupo regional de Hidalgo que domina zonas del Valle del Mezquital y tiene conexiones con municipios de Querétaro y el Estado de México. Su operación se enfoca en tomas clandestinas en una de las entidades con más incidencias.

  9. Los Pepes
    También en Hidalgo, tienen influencia sobre Pachuca y su zona conurbada. Han sufrido bajas recientes, pero continúan activos en el negocio del combustible robado.

  10. Células independientes en Chihuahua y Sonora
    Si bien no forman una sola organización, diversas células operan de forma coordinada o bajo alianzas temporales en la región norte del país, enfocadas en el huachicol y el contrabando hacia los Estados Unidos.

Propuestas para combatir el huachicol

El crecimiento de estas bandas y el impacto económico, social y de seguridad que genera el robo de combustibles, ha llevado a especialistas a proponer una serie de medidas para contener el fenómeno:

  • Refuerzo de patrullajes en los corredores por donde pasan los ductos de PEMEX, aprovechando que estos abarcan una pequeña fracción del territorio nacional.

  • Auditorías a gasolineras para identificar y sancionar puntos de venta que comercialicen combustible robado, incluyendo la revocación de concesiones en casos de reincidencia.

  • Grupos de reacción inmediata para responder al robo de pipas en carreteras con alta incidencia, con apoyo obligatorio de GPS por parte de empresas transportistas.

  • Inteligencia financiera para rastrear operaciones sospechosas en el sector hidrocarburos y prevenir el lavado de dinero ligado al huachicol.

  • Mayor vigilancia en fronteras y puertos, donde se detecta gran parte del huachicol fiscal.

  • Desarrollo de software predictivo que, a partir de datos históricos, permita anticipar nuevos intentos de robo y optimizar la ubicación de fuerzas de seguridad.

El combate al huachicol es hoy una prioridad nacional no solo por sus implicaciones económicas, sino también por su vínculo directo con la violencia que azota distintas regiones del país. Sin una estrategia integral, este delito continuará fortaleciendo a estructuras criminales, debilitando al Estado y afectando la seguridad de millones de mexicanos.