Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 11 de junio de 2025.- A paso lento, pero seguro, el Gobierno de Michoacán le va metiendo mano al lago de Pátzcuaro, y no es puro cuento. Esta semana, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) se aventó el informe: ya van casi 35 mil metros cúbicos de azolve sacados del lago, en un jalón que va desde Erongarícuaro hasta Tzintzuntzan.
El que soltó los datos fue el mero mero de la SCOP, Rogelio Zarazúa Sánchez, quien aseguró que los trabajos están bien repartidos entre cuatro frentes de batalla donde el azolve nomás no dejaba respirar al lago.
¿Y dónde le entraron con todo?
- Erongarícuaro: aquí le rascaron duro y sacaron 21 mil 117 metros cúbicos de azolve.
- Urandén: limpiaron canales y manantiales, con 5 mil 872 metros cúbicos menos de mugre.
- San Jerónimo Purenchécuaro: otros 2 mil 887 metros cúbicos a la basura.
- Ojo de Agua, en Tzintzuntzan: aquí perfilaron canal y se llevaron 5 mil 081 metros cúbicos.
En total, el chamba se hizo con cinco excavadoras y casi cinco mil viajes de camiones de volteo cargados hasta el tope, que entre todos movieron tierra como si fueran sacando oro. Cada camión con capacidad de 7 metros cúbicos, echándole ganas desde hace semanas.
Lluvias al acecho, pero el plan sigue
Como ya se viene el aguacero sabroso con la temporada de lluvias, la SCOP dijo que van a retirar parte de la maquinaria y a darle chance al clima, pero sin dejar el changarro tirado. Los grupos de trabajo que no corran peligro con las lluvias se quedan chambeando para que el lago no vuelva a llenarse de lodo.
“Esto no es nomás una limpia, es parte del plan de rescate del lago de Pátzcuaro, que no se puede hacer en un dos por tres, pero ya se están viendo resultados”, aseguró Zarazúa.
Un lago que pide auxilio
El lago de Pátzcuaro ha estado agonizando desde hace años, entre contaminación, azolve, invasión de lirio, y abandono. Pero ahora, con esta “desazolvadera”, según la SCOP, se empieza a ver luz al final del túnel. Claro, falta ver si no se queda en promesas, porque el lago ha sido promesa electoral desde tiempos del Virreinato.
Por lo pronto, el azolve ya va pa’ fuera, y el compromiso —dicen ellos— sigue firme.
Así que, mientras el lodo va saliendo en camiones, el lago se oxigena poquito a poquito.
Y los que han vivido a su orilla toda la vida, cruzan los dedos pa’ que esta vez, sí se pongan las pilas de verdad.