¡Luces, cámara y barrio! Se arma el cine mundial en Morelia y Uruapan sin soltar un varo

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 16 de julio de 2025.-
¡Prepárese el barrio cinéfilo! La raza de Morelia y Uruapan va a tener banquete fílmico de primer mundo y sin pagar un solo peso. Gracias al paro entre la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) y la Cineteca Nacional, llega la 77ª Muestra Internacional de Cine, con puro peliculón premiado en festivales de alto calibre como Cannes, Berlín, Sundance y hasta Venecia, para que no digan que aquí nomás vemos lo que ponen en Cinépolis.

Del 18 de julio al 8 de agosto, se prende la pantalla grande en dos sedes que son puro corazón cultural: el Museo Casa Natal de Morelos en Morelia y la Fábrica de San Pedro en Uruapan. Ahí se van a proyectar gratis películas que traen historias fuertes, humanas y bien contadas, de esas que te sacuden el alma y no te sueltan ni cuando sales por el elote.

La mera mera de la cultura en Michoacán, Tamara Sosa Alanís, dijo que la idea es que todos y todas tengan acceso a un cine que hace pensar, sentir y hasta cuestionar. “Queremos que la banda viva el cine como una experiencia colectiva, sin elitismos ni filtros”, soltó.

Entre los títulos que se van a aventar están joyitas como:

  • “No nos moverán” (México), con todo el power del cine nacional que anda dando guerra en el mundo.
  • “Bird” (Reino Unido), un retrato suburbano que patea fuerte al corazón.
  • “Tóxico” (Lituania), sobre los rollos del cuerpo y la identidad femenina.
  • “Black Dog” (China), que se echó un premio en Cannes.
  • “Un amor” (España), de la máster Isabel Coixet.
  • Y la chulada de “La inmensidad” (Italia), con Penélope Cruz, que nomás con verla ya vale la ida.

Todo este cine viene de países bien variados: Alemania, Brasil, Canadá, China, Noruega, Países Bajos… un desfile de lenguajes y formas de ver la vida. Y lo mejor: ¡es para todos! No hay que pagar boleto ni disfrazarse de crítico mamón. Nomás llegar, sentarse y dejarse llevar por historias que cruzan fronteras y pegan justo donde más duele o alegra.

Así que ya sabes, camarada: deja la serie en pausa y date una vuelta por el cine que te hace pensar, sentir y mirar distinto. Porque el barrio también merece cine chingón.