Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 27 de junio de 2025.- ¡Así como lo oye, compa! En el mero corazón del lago de Pátzcuaro las aguas vivas están volviendo a rugir, y no es cuento. El rescate de manantiales en esta zona del altiplano purépecha sigue viento en popa, y ya van más de 50 litros por segundo los que el manantial de Tzentzénguaro le está echando al cuerpo lagunero, ayudando a que no se nos seque.
Este chorro se suma a las chambas de limpieza, donde se han retirado más de 35 mil metros cúbicos de cochinero—ramas, basura y tierra—que obstruían el paso del agua buena. La talacha no es menor, y ya se trae en el radar 72 manantiales en la cuenca, de los cuales ya se han rescatado 53.
Esto no se hace solo. Pueblo y gobierno estatal le están entrando con todo: cuadrillas de chamba temporal, maquinaria pesada y el apoyo de dependencias como la Secretaría de Medio Ambiente (Secma), la Comisión de Pesca (Compesca) y la Comisión Forestal (Cofom). Todos estos equipos están jalando parejo en Pátzcuaro, Erongarícuaro, Tzintzuntzan y Quiroga, donde el agua vale más que el oro.
La neta, la cosa va dando frutos. En este último año se han recuperado 334 hectáreas del lago, que pasó de tener 6 mil 498 hectáreas de superficie a 6 mil 833. Es decir, se le está ganando terreno al olvido y al abandono con pura voluntad y chinga.
Así que ya lo sabe, el lago de Pátzcuaro todavía respira y mientras se le siga metiendo mano, la esperanza se mantiene a flote. Porque aquí, la lucha por el agua también es lucha por la vida.