Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 05 julio 2025. — El que pensaba que la rivalidad más sabrosa de la CONCACAF ya se había enfriado, que se prepare, porque este domingo en Houston, Texas, vuelve a arder la cancha con el Clásico México vs. Estados Unidos, ahora con la final de la Copa Oro 2025 como escenario.
El Estadio NRG será la arena donde el tricolor, dirigido por Javier Aguirre, y los gringos, al mando de Mauricio Pochettino, se medirán por ver quién se lleva el trofeo y el respeto. México viene de tumbar a Honduras 1-0, mientras que los gabachos despacharon a Guatemala con el mismo marcador. Nada espectacular, pero suficiente pa’ plantarse en la pelea final.
Y si hablamos de historia, el saldo en finales favorece a los aztecas: siete veces se han topado en esta instancia, y de esas, cinco se las ha llevado México. El Azteca vibró en el 93 con un 4-0 de escándalo, y en el 98, Luis “El Matador” Hernández metió el gol solitario que selló otro título. En el 2009, México le metió 5-0 en Nueva York, la goleada más brava entre ambos. En el 2011, Giovani dos Santos firmó una obra de arte pa’ completar el 4-2 que sigue siendo joya.
Pero aguas, que los vecinos del norte ya no son los mismos inocentes de hace décadas. En el 2007 y 2021, Estados Unidos ganó la final por 2-1 y 1-0, respectivamente. En Chicago 2019, Jonathan dos Santos nos dio la alegría con otro 1-0, pero la espina del último descalabro sigue clavada.
Pa’ este nuevo capítulo, el orgullo no cabe en ninguna camiseta. México quiere sacarse la espina, recuperar la hegemonía y demostrar que todavía manda en la zona. Los gringos, por su lado, vienen con la moral alta y el fútbol físico que les ha dado resultados.
La banda mexicana ya se empieza a dejar ver en Houston, con sombreros, tambores y bufandas. “Nos la deben y este domingo la cobramos”, dicen en las esquinas del Downtown. Y es que este partido no es solo fútbol, es historia, revancha y sangre caliente.
La cita es este domingo 7 de julio a las 8 de la noche, hora de México. Si el cuerpo aguanta, habrá fiesta, lágrimas o coraje, pero lo que es seguro es que el Clásico de la CONCACAF vuelve a prender fuego. Y tú, ¿ya tienes tu chela fría y tu camiseta bien puesta?