Doctor Rogelio Raya, para pulso michoacano.
La muerte vive, para que la vida muera y,
en la carne y el alma
muerte y vida se acarician.
Con el dolor de la vida,
Con la alegría de la muerte,
vagabundeamos en un mundo de alegría y dolor,
repartido por mitades.
Lenta la vida o de prisa, la muerte a su paso llega.
Descansa la vida, para dar infinitud a la muerte.
Y, mientras tanto,
reposa la muerte para que retoce la vida.
Dura contradicción nuestra existencia.
Un suspiro es la vida,
un eterno reproche, la muerte.
Sólo hay consuelo en la muerte, sólo soledad en la vida.
De noche, la vida nos abraza para que, de día, la muerte espere.
Y así, eternamente, comprobar que,
¡Es agonía la vida y una gracia es la muerte!