Pemex, no ve lo duro sino lo tupido: se hunde entre deudas, huachicoleo y el desprecio internacional

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 26 de mayo de 2025- Petróleos Mexicanos, la joyita de la corona energética del país, anda más tronada que jícara de barro en feria de pueblo. Con una deuda que ya rebasa los 2 billones de pesos y pérdidas acumuladas de 828 mil millones, la otrora gallina de los huevos de oro hoy nomás pone puras cáscaras. El más reciente informe entregado a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (la SEC pa’ los cuates) pinta un escenario donde la gasolina se quema, pero los ingresos se evaporan.

La olla express que es Pemex

En los primeros tres meses de este 2025, la petrolera reconoció una pérdida neta de 43 mil 329 millones de pesos, además de que la producción de hidrocarburos cayó un 11.3% y el refinamiento bajó 5%. O sea, el negocio va pa’ atrás como cangrejo, pero la deuda nomás crece. A marzo de este año, la bomba ya acumulaba 2 billones 53 mil millones de pesos, 3.8% más que el cierre de 2024. Un costal sin fondo que ni la nueva administración federal puede tapar.

Y aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ya le inyectó 80 mil millones como quien le da suero al enfermo, la cosa pinta de la patada: este mismo año vencen 415 mil millones de esos compromisos financieros. O sea, Pemex necesita lana como quien necesita aire.

Refinerías: ni joyas ni reliquias

La rama de Pemex Transformación Industrial (PTRI), que incluye a la famosa refinería de Dos Bocas (Olmeca, pa’ los fresas) y a las fábricas de fertilizantes, registró una pérdida de 79 mil 513 millones de pesos. Un boquete que no se tapa ni con cinta industrial. Y si pensaban que el margen de ganancia por cada barril refinado los salvaría, agárrense: pasó de 12.96 dólares a 3.12. Una bajada del 76% que deja a los números más desplumados que pollo en rosticería.

El mundo les da la espalda

Como si fuera poco, los inversionistas internacionales ya le están sacando la vuelta. El fondo soberano de Noruega, el más grande del planeta, decidió vender todos sus bonos de Pemex luego de que su Consejo de Ética advirtió que la petrolera apesta a corrupción desde hace dos décadas. Según su informe, Pemex ha estado vinculada a múltiples acusaciones de cochupo entre 2004 y 2023. O sea, la fiesta lleva rato y los platos rotos ahora los está pagando la nación.

Y no es el único portazo en la cara. La aseguradora suiza Swiss Re, una de las más pesadas del mundo en temas de reaseguro, también le bajó la cortina. ¿La razón? Pemex contamina más que tráiler chatarra en carretera libre. Swiss Re dejó bien claro que no le entra a proyectos que no colaboren con la reducción de emisiones y que los nuevos desarrollos petroleros ya no caben en su póliza.

¿Y ahora quién podrá defenderlos?

En este berenjenal, Pemex se queda sola, sin lana, sin respaldo y con una montaña de deudas que hace tambalear incluso la credibilidad del gobierno. Mientras el huachicol fiscal sigue sangrando las arcas y los cárteles revenden el petróleo robado tras refinarlo en Texas, la empresa no solo se ahoga en números rojos, sino en desconfianza internacional.

La pregunta del millón es: ¿cuánto más va a aguantar Pemex antes de que reviente? Con refinerías que no refinan, producción que cae, márgenes que se esfuman, y aseguradoras e inversionistas que ya no quieren saber nada, la “empresa de todos los mexicanos” se parece más a un barco que hace agua por todos lados mientras el capitán niega el naufragio.

Así las cosas con la exgallina de los huevos de oro.