Putin y Trump se echan la charla en Alaska: de enemigos a cuates… ¿otra vez?

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich. 11 julio 2025.- Después de años de frialdad y puro chisme de lavadero internacional, los meros jefes del poder global, Vladímir Putin y Donald Trump, se sentaron cara a cara en Anchorage, Alaska, como dos compadres que por fin se animaron a arreglar el pleito.

Fue la primera vez que se ven desde el 2019, y esta vez se echaron casi tres horas de negociación al puro estilo diplomático, pero con bastantes indirectas entre líneas. Al arranque de la rueda de prensa, el ruso no perdió tiempo en soltarle un: “Buenos días, vecino, me alegro de verle bien y con vida”. Clásico Putin, frío pero filoso.

El tiro principal fue la guerra en Ucrania, y aunque no soltaron acuerdos firmados ni abrazos, Putin dejó claro que Moscú ve con buenos ojos la voluntad de Trump de buscarle una salida al conflicto. Eso sí, el ruso también recordó que la cosa no es tan simple: Ucrania es clave para su seguridad y hay que quitar de raíz lo que provocó el pleito.

Putin andaba con nostalgia, recordando que Alaska fue vecina histórica y aliada en otras épocas, y hasta dijo que ojalá esta charla sirva para retomar una relación “de camaradería y alianzas como en los viejos tiempos”. O sea, a lo que suena: menos misiles, más billete.

Trump, por su parte, se puso en modo “CEO de la paz”, diciendo que la reunión fue “extremadamente productiva” y que “hay muy buenas oportunidades” para llegar a acuerdos. Agradeció a Putin y hasta le aceptó la invitación para verse en Moscú, aunque luego se rió diciendo: “Me van a criticar un poco por eso”. Pero ya lo conocemos, eso nunca lo ha detenido.

También se dio tiempo de tirarle al famoso ‘Russiagate’, diciendo que todo fue un engaño armado, y que tanto él como Putin lo sabían desde el inicio. Vieja bronca, pero sigue sacando filo.

Además del tema de Ucrania, hablaron de negocios, energía, tecnología, el Ártico, y hasta del espacio. Putin aseguró que el comercio bilateral subió un 20% y que hay mucho campo para cooperar. En corto, si el pleito baja de tono, los negocios pueden subir de volumen.

La cereza del pastel: Putin se convirtió en el primer líder ruso en pisar Alaska, como quien dice, cerrando círculos históricos. Y aunque todavía no hay acuerdos concretos, lo que quedó claro es que el hielo se está derritiendo… al menos por ahora.