Se arma la balacera en la frontera: Guatemala reclama y México acusa colusión con narcos

Por M. Ángel Villa Juárez
Morelia, Mich., 11 de junio de 2025.- Pues que se calienta la frontera sur, y no nomás por el solón, sino porque el Gobierno de Guatemala se fue con todo contra México, luego de que policías estatales chiapanecos se metieran —según— sin permiso a su territorio, el pasado domingo 8 de junio, en La Mesilla, Huehuetenango, dizque siguiendo a malandros.

Todo empezó como un operativo contra el crimen organizado, pero acabó en tiroteo, grilla diplomática y señalamientos cruzados, incluyendo una acusación brava del gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, que no se guardó nada y soltó que los polis guatemaltecos estaban echándole esquina a los sicarios.

“No es cosa menor estar coludidos, pero lo que es peor es estar al servicio de la delincuencia”, tronó el gober en su cuenta de X, dejando claro que la cosa no fue un malentendido, sino una bronca bien seria.

Guatemala se va directo al reclamo

La Cancillería guatemalteca, por su lado, no tardó ni un día en aventar el comunicado oficial de protesta, acusando que la Fuerza de Reacción Inmediata “Pakal” del gobierno chiapaneco invadió su territorio sin avisar, poniendo en peligro a los civiles y tirando por la borda los acuerdos de cooperación que hay entre los dos países.

“Fue en plena zona urbana y comercial, sin coordinación previa, y sin respeto por los mecanismos bilaterales. Esto no ayuda nadita a la buena vecindad”, se lee en el documento oficial.

Lo que hay detrás del tiroteo

Aunque todavía no hay informe oficial sobre el número de lesionados o detenidos, fuentes locales apuntan a que el desmadre inició tras la persecución de un grupo armado que cruzó la línea fronteriza como Pedro por su casa. Los chiapanecos se les fueron encima… y se metieron hasta la cocina.

Pero el detalle que calienta más la olla es la supuesta ayuda que los narcos habrían recibido de parte de elementos de seguridad guatemaltecos, lo cual no solo agrava el incidente, sino que podría abrir una investigación internacional de peso completo.

¿Y ahora qué?

Con esta bronca, las relaciones México–Guatemala se tambalean, justo cuando ambos gobiernos andaban presumiendo cooperación contra el crimen organizado. Ahora, la cancillería chapina exige investigación, disculpas y más control, mientras en Chiapas defienden que hicieron lo correcto ante un riesgo inminente.

Así las cosas en la frontera: plomo, acusaciones y diplomacia al borde del colapso. La banda civil, como siempre, queda en medio del fuego cruzado, y la pregunta es quién va a poner orden antes de que esto reviente peor.