Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich. 2 de julio 2025.– Ya casi se termina de apagar la luz en el IMAIP. El gober Alfredo Ramírez Bedolla soltó la neta: esta semana concluye la liquidación de los chambeadores del extinto Instituto Michoacano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, ese que —según el mismo Bedolla— tragaba más billete del que servía.
De los 64 trabajadores que andaban chambeando ahí, 61 ya cobraron su finiquito, y los tres que faltan están por recibir el sobre con su lana. En total, se están soltando 13.6 milloncitos de pesos en indemnizaciones.
Pero el gober no lo ve como pérdida, sino como inversión. Dice que con la desaparición del IMAIP se van a ahorrar 46.2 millones de pesos por año. O sea, que el gasto de ahorita se compensa con creces, según su cuenta.
¿Y quién se va a hacer cargo ahora de la transparencia y el derecho a la información? Pues según la propuesta de Bedolla, todo ese rollo se va a empacar en una nueva oficina dentro de la Secretaría de Contraloría, con un presupuesto bastante apretado: apenas 4.5 millones.
Con este movimiento, dicen, el gobierno le mete tijera a los gastos, pero la raza se pregunta si con eso también se recortará el derecho a saber qué hace el gobierno con la lana y los datos personales. Porque una cosa es adelgazar la nómina y otra, enterrar la transparencia.
Así que con este movimiento, el IMAIP ya no es ni recuerdo. Y en los pasillos del poder, unos aplauden el “ahorro”, otros lamentan el cierre… y mientras tanto, la transparencia queda en veremos.