Seis años de carcel al que roló el video del cachondeo de policías en patrulla de CdMx

 

Por M. Angel Villa Juárez
Morelia, Mich. 8 agosto 2025. – Lo que empezó como chisme sabroso en redes terminó en sentencia de cárcel. En la Ciudad de México, dos polis de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) fueron cachados en plena faena cariñosa dentro de una patrulla oficial… pero el que acabó pagando más caro no fue ninguno de ellos, sino el que grabó y roló el video.

La grabación, de casi dos minutos, voló como pólvora por Twitter, Facebook y TikTok: ahí se veía clarito a los dos uniformados, en horario de servicio, dándose sus arrumacos como si el coche patrulla fuera cuarto de hotel. El escándalo obligó a la SSC a abrirles carpeta de investigación administrativa y a separarlos temporalmente de sus funciones.

Pero la cosa dio un giro. Resulta que la Fiscalía capitalina se puso a investigar quién había hecho la grabación y, cuando lo encontraron, le aplicaron la Ley Olimpia, esa que castiga con cárcel a quien difunda material sexual sin permiso. El juez no se tentó el corazón: seis años tras las rejas y una multa (de la que no soltaron el monto).

Fuentes del caso dicen que el soplón no sólo grabó, sino que repartió el video en grupos de WhatsApp y redes, provocando que se viralizara. Y ahí fue donde le cayó todo el peso de la ley.

Para quien no la ubique, la Ley Olimpia es un paquete de reformas que, en la CDMX, castiga con 3 a 6 años de prisión y multa a cualquiera que publique, guarde o pase imágenes o videos sexuales sin autorización. Y aunque el trío de esta historia —los dos polis y el camarógrafo— cometió sus propias broncas, la ley se aplicó por el lado de la difusión, no por la calentura en la patrulla.

Mientras tanto, la SSC sigue con la investigación interna contra los dos oficiales, que podrían acabar suspendidos o de plano fuera de la corporación. La institución insistió en que sus elementos deben portarse como profesionales, no como protagonistas de película XXX con logo oficial.

Las colectivas que impulsan la Ley Olimpia aprovecharon para recordar que la intención no es censurar, sino proteger a quienes son expuestos sin su consentimiento. Que en este caso los protagonistas fueran policías no cambia la jugada: grabar y rolar contenido íntimo sin permiso… se paga, y caro.