- Claudia Liliana Fuentes y Rebeca Mejía, integrantes del Frente Nacional contra Violencia Vicaria, compartieron sus historias a Pulso Michoacano
Morelia, Michoacán, 21 de febrero 2023.- Víctima de la violencia vicaria, Claudia Liliana Fuentes Ramírez alabó la ley en esta materia aprobada en Michoacán la semana pasada, “que nos proteja, que ya no se lleven a nuestros hijos, que van a seguir este patrón de violencia que queremos cortar de tajo desde ahorita para romper esa violencia que ya se dio en familia, que es lo triste, empieza en familia y sigue en la sociedad”.
Por su parte, Rebeca Mejía, quien también vivió episodios donde debió luchar para recuperar a sus hijas, sustraídas por órdenes de su expareja, invitó a las mujeres en esa situación a buscar ayuda y empoderarse, en el sentido de sacar fuerzas para seguir luchando.
Ambas, integrantes del Frente Nacional contra Violencia Vicaria, participaron en el programa Pulso Michoacano del lunes 20, donde dieron a conocer sus respectivos casos para que sirvan de ayuda a otras mujeres en esa situación, y coincidieron en que la violencia vicaria es en los juzgados donde más se realiza.
La violencia vicaria es aquella ejercida por el violentador, ya sea esposo o exesposo, contra la mujer por medio de los hijos, quien él mismo o por interpósitas personas, los sustrae del cuidado de la madre, con el objetivo de lastimarla a ella y a los propios vástagos. Ahí, las femeninas son la víctima secundaria, porque la primaria son los hijos e hijas.
Fue el 16 de febrero anterior que la 75 legislatura local aprobó la Ley de Violencia Vicaria en Michoacán, la cual reformó el Código Penal para ahora sancionar con cuatro y hasta ocho años de prisión, así como la pérdida de los derechos que tenga respecto de las víctimas directas o indirectas, “a quien mantenga o haya mantenido una relación de matrimonio, concubinato o de hecho con una mujer, y que le cause daño por sí, o por interpósita persona, utilizando como medio a la hijas, hijos o personas significativas para la víctima”.
Igual considera el daño a la mujer con la retención, sustracción de los hijos e hijas; incite o fomente actos de violencia física o psicológica o fomente actos que descalifiquen la figura materna afectando el vínculo materno filial.
Asimismo, cuando el sujeto activo impida, dificulte o restrinja la convivencia de la víctima con sus hijos e hijas; interponga acciones legales, procedimientos judiciales o conductas procesales sustentándose en hechos falsos o inexistentes; y condicione el cumplimiento de las obligaciones alimentarias a que tiene derecho la víctima o las hijas o hijos en común.
También se adiciona la fracción IX bis al artículo 9 la Ley por una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, y así reconocer e incorporar la violencia vicaria como un tipo de agresión y establecer su definición.
Rebeca Mejía pasó 27 días sin ver a sus hijas
Rebeca Mejía compartió su historia de violencia vicaria a Pulso Michoacano, conducido por Giovanni Vega y Rosa Urbina. Luego de padecer agresiones de su entonces esposo, decide pedirle el divorcio, pero es cuando se torna más violento su pareja, y el 26 de diciembre del 2021 “me da una golpiza y me engaña con su abogada, quien dijo ser muy influyente en la fiscalía de Michoacán, aprovechando mi estado de vulnerabilidad psicológica y me extraen a mis hijas”.
Detalló que el 29 de diciembre de aquel año, a las 12 del día le habla la abogada advirtiéndole que su aún marido quería asesinarla y le ofrece acompañarla a la Fiscalía General del Estado (FGE) a presentar una orden de restricción. Acepta y se va con un pasante, auxiliar de la defensora legal, quien ya en el vehículo donde se trasladan le pide apagar su teléfono móvil, porque en la dependencia “no les gusta el teléfono”, y le hace caso.
Para entonces, unos 20 minutos después de salir con el pasante, la abogada se presenta a su casa, donde le dice a su mamá que le entregue a sus dos hijas o la encontrarían muerta en el Servicio Médico Forense (Semefo), y ante la amenaza, accede. Desde esa fecha inicia su calvario, y la noche del 31 de diciembre de ese 2021 presenta la denuncia penal por sustracción y retención de sus hijas.
Pasaron los días, agregó, sin que viera avances en el proceso, hasta que en el Centro Integral de Justicia para las Mujeres de la FGE la auxilian en su trámite de divorcio y en solicitar la restitución de sus hijas.
“Fueron días de angustia, fueron días horribles porque te piden una cantidad impresionante de papeles, yo me quedé sin un acta de nacimiento, sin un comprobante de domicilio, no tenía nada; yo lloraba, es algo horrible que no se lo deseo a ninguna mujer, porque te dan sólo 40 días hábiles para el trámite para la restitución, desde la sustracción. Los días para mí eran larguísimos, y afortunadamente la audiencia fue el 19 de enero del 2022, y el 24 de enero fuimos por mis hijas con la juez del juzgado”, relató.
Sin embargo, la mamá de su expareja aún se negaba a entregarle a sus hijas, pese a la presencia de la jueza y de agentes de la fiscalía michoacana y la advertencia de que llamarían a un cerrajero para abrir la puerta del domicilio.
Finalmente, tras 27 días pudo ver de nuevo a sus hijas, “alienadas completamente, de que yo las había abandonado, que me había ido con otro fulano, que yo no iba por ellas, que no las buscaba; la mayor me dijo que era mala, que su abuela le dijo”.
Pero faltaba más. Luego de ir a la FGE a una revisión psicológica de las menores, se dirigieron a su vivienda “para estar con ellas y abrazarlas”, y ya personas contratadas por la abogada de su exesposo estaban listas para quitarles de nuevo a sus seres queridos, ante lo cual decidió salir de Morelia durante dos semanas, con sus hijas, “como si la delincuente fuera yo”.
Ese tiempo que estuvo resguardada le sirvió para investigar de casos similares al suyo, y fue como conoció al Frente Nacional contra Violencia Vicaria, y a sus impulsoras, Jennifer Seifert y Alexandra Volin.
Mientras tanto, ya con la custodia provisional de sus hijas, se le fijó a su expareja el pago de una pensión alimentaria y la prohibición de convivencia con las niñas, además le ordenaron tratarse psicológicamente, aunque “se pasó esto por el arco del triunfo, no lo hizo jamás”, señaló.
Posteriormente, en la audiencia preliminar, la juez, la tutora y la fiscal revierten la situación de la convivencia con el padre, arguyendo que es indispensable para no romper el vínculo paterno, pese a no haberse hecho responsable económicamente, como se le mandató.
Establecieron una hora de convivencia entre las niñas y el padre cada fin de semana en el Centro de Convivencia Familiar Supervisada (Cocofam), donde luego el varón mete un escrito para decir que la mayor no es su hija, tras que ésta mostrara inconformidad por el trato que les dio, y entonces las autoridades señalan “que yo ejerzo alienación parental; oye, si te portas mal quién va a quererte ver como papá”, sostuvo.
“Hay una barbaridad de injusticias que se están cometiendo en los juzgados; de hecho, yo me atrevo a decir que donde más se comete la violencia vicaria es en los juzgados porque te judicializa la vida totalmente el proceso. Yo llevo un año, dos meses con esto, no termina, estoy cansada”, expresó Rebeca Mejía.
Claudia Liliana Fuentes, sin poder ver libremente a su hijo
Claudia Liliana Fuentes también compartió su caso de violencia vicaria a Pulso Michoacano, programa producido por Miguel Villa. Su pareja la abandonó cuando le comunicó estaba embarazada e incluso le pidió no tuviera a su bebé. Sin dinero, fue atendida en el Hospital de la Mujer, donde estuvo en terapia intensiva y a punto de morir junto a su hijo, que nació de seis meses, tres semanas, “y a partir de ese momento fuimos unos guerreros”.
Así, como mamá soltera y sin ningún apoyo, trabajó para sostener a su hijo durante sus primeros cuatro años de vida, hasta que mediante engaños, la madre de su expareja se llevó al niño, con el pretexto de que el abuelo del menor quería verlo con motivo del Día del Padre, un 16 de junio, y ya no se lo regresan. Aprovecharon se encontraba embarazada en ese entonces. Todo fue por órdenes de quien fuera su pareja, quien aprovecha su influencia como funcionario municipal.
Observó varias cosas turbias en su caso. Cuando finalmente acude a la Fiscalía de Michoacán para presentar la demanda por sustracción de su hijo, se entera que ya existía la custodia provisional a favor de su expareja, dictaminada en apenas tres días, “ni siquiera fui notificada por un juzgado que me tenía que defender, ahí es cuando empieza el problema legal, pero ya empiezo a ser víctima de violencia institucional hacia mi persona”.
Además, en el juzgado cuando se realizó la audiencia del menor, cambiaron, sin avisarle, el horario, notificado para las 11 de la mañana, pero celebrada una hora antes, sin la presencia de la juez, sino el secretario de acuerdos, y del padre del niño. Cuando llegó no la dejaron pasar, argumentando que su hijo solamente quería estar con su papá presente.
Transcurrió medio año sin poder ver a su hijo, hasta que le fijaron, hace nueve meses, la convivencia en el Cecofam, dos horas a la semana, donde también tratan de manipular al niño con preguntas favorables para el papá, sin que las realicen psicólogos y sin ninguna tendencia.
Hasta la fecha, no puede convivir libremente con su hijo. Ante el juzgado, su expareja afirmó que abandonó a su pequeño a los cuatro meses de nacido, sin aportar pruebas, ni investigar, y por eso consideran representa algún peligro para el niño.
Afirmó que, en su caso, fue muy fácil otorgar la custodia provisional a su expareja, pero tardado revocarla.
Coincidió con Rebeca Mejía que en los juzgados hay situaciones semejantes donde se experimenta más la violencia vicaria, pero muestra esperanza. “Me sentía totalmente sola en un sistema en el que ya te sientes una perdedora, que ya ni hay manera de luchar, que por más que hagas no se te va escuchar, y gracias al Frente Nacional contra Violencia Vicaria, alcé mi voz; ahorita me siento una mamá más fuerte, con todo el ánimo de recuperar a mi hijo y con fe de que lo voy a recuperar gracias a esta ley (Ley de Violencia Vicaria)”.
Invitó a otras mujeres que padecen esta situación, a acudir al frente para compartirles su experiencia y ayudarlas en recuperar a sus hijos.